Es un hecho innegable a lo largo de la historia que crecer con ambos padres tiene efectos importantes en la salud mental de los niños. Esta situación ampliamente observada entre los millennials transmite seguridad, afecto y apoyo. Sin embargo, una buena cantidad de factores en el contexto actual compromete la posibilidad de una infancia con una familia completa.
Uno de los más importantes es la necesidad de la búsqueda de mejores posibilidades, para lo cual muchas personas a menudo deciden –con todos los riesgos inherentes- optar por emigrar ilegalmente. Es sabido que esta situación muchas veces implica la separación de padres e hijos y que se torna especialmente difícil en los casos de inmigrantes indocumentados, ya que es probable que sean padres de niños que por su edad no estén en condiciones de asimilar situaciones de este tipo.
Un estudio reciente verifica la relación entre ambos factores.
Ante las implicaciones de una inminente deportación forzada, vale preguntarse cuáles pueden ser las consecuencias y alcances en la salud mental infantil. Es una circunstancia cuya asimilación depende de la edad y que no siempre será sencilla de explicar. Investigadores de la Universidad de Stanford se dieron a la tarea de intentar analizar este fenómeno.
La investigación se enfocó en beneficiarios del programa de Acción Diferida por Llegada de Infantes (DACA, por sus siglas en inglés). Se trata de la política migratoria más significativa en las últimas décadas, cuya cobertura se extiende a personas que actualmente son padres jóvenes, que asimismo son padres de alrededor de 4 millones de niños a los que se les ha otorgado la ciudadanía por nacimiento. Y los hallazgos fueron significativos.
Se encontró un impacto positivo en la salud mental infantil.
DACA únicamente aplica para quienes nacieron después del 15 de junio de 1981 y llegaron al país de norte siendo infantes. El estudio divide la población estudiada en 2 grupos, los cuales se componen de hijos de madres que califican para el programa y aquellos cuya familia no era elegible. A partir de esto, se hizo un recuento de los diagnósticos de trastorno de ansiedad y adaptación para ambos grupos.
Esta es una condición de salud mental que aparece cuando se está expuesto a situaciones altamente estresantes, como puede ser la posibilidad sugerida de una deportación permanente. Tras el ejercicio de comparación de datos, se encontró que tras la declaratoria de DACA, tales diagnósticos se redujeron a la mitad.
Ello se verificó en los casos de pacientes cuya madre calificaba para el programa.
“Se obtienen dramáticas mejoras en la salud mental de los niños como resultado de la elegibilidad para DACA, el estudio provee la primera evidencia real y causal de que este programa tiene consecuencias significativas en la salud de los hijos de inmigrantes indocumentados,» manifestó Jens Hainmueller, uno de los responsables de la investigación.
Asimismo manifestó que de manera indirecta, la protección migratoria reduce los costos sociales de las afecciones mentales tempranas, pues traen consecuencias negativas en el desarrollo de niños y adolescentes. Pueden afectar sus posibilidades de desarrollo personal.
Esta investigación aparece en un contexto en que la continuidad DACA es objeto de discusión por parte del gobierno estadounidense. Aporta importantes elementos de análisis que deben ser tomados en cuenta fin de tomar una decisión definitiva.
