La amenaza nuclear norcoreana es un tema muy serio para el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Esto quedó demostrado en una nueva exposición mundial del tema, esta vez con la 72ª Asamblea General de las Naciones Unidas como telón de fondo de una situación mundial que muchos millennials y generaciones anteriores creían superada, pero es tan real como cada vez que la situación sale a relucir.
Como cada año desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, los líderes del globo se reúnen en este foro organizado por la ONU para discutir abiertamente los problemas y necesidades de todos y cada uno de los países miembros, así como también algunos alcances de las actividades de los diversos organismos que componen las Naciones Unidas. La intervención del presidente estadounidense es siempre una de las más comentadas y analizadas, debido a su grado de influencia en el actual contexto.
¿Es la destrucción total una opción?
La polémica alocución tuvo lugar apenas 4 días después de que el régimen de Pyongyang lanzara un misil sobre la isla japonesa de Hokkaido. A la fecha esta es quizá la prueba de los citados armamentos que ha cubierto mayor distancia y alcance.
El presidente aprovechó la tribuna global para condenar –una vez más- estos ensayos armamentísticos de un modo poco usual, puesto que aseguró que a Corea del Norte se le acaban las opciones de cara a una posible conflagración. A modo de última advertencia, aseveró que salvo que el régimen deponga sus ambiciones nucleares “no tendremos más opción que destruir totalmente Corea del Norte”, afirmó el mandatario en la que quizá sea la frase más polémica de un discurso en que además acusó a países como Irán, Cuba y Venezuela de causar miseria y apadrinar el terrorismo.
¿Coalición global o aislamiento?
Por otro lado y siempre con la característica de su política aislacionista, Donald Trump justificó lo anterior haciendo referencia a los intereses de cada uno de los pueblos del mundo, al tiempo que intentó conciliar la firmeza de su política internacional con un contexto mundial regido por los organismos supranacionales y bloques de países.
Para ello mantuvo que siempre pondrá los intereses estadounidenses primero y cuestionó al resto de mandatarios allí presentes si harían lo mismo. En razón de esto, hizo un llamado a la unidad que abre muchas preguntas e incógnitas sobre hasta qué punto pretende Estados Unidos aislarse del resto del planeta.
“Para mí, América estará siempre en primer lugar, como para cualquier dirigente responsable. Pero no queremos imponer nuestra forma de vida; no buscamos la expansión territorial, no pretendemos que todos los países compartan las mismas vocaciones. Queremos naciones soberanas que trabajen juntas desde el respeto mutuo. El éxito dependerá de la fortaleza de los miembros. El mundo será más seguro, si las naciones son poderosas y libres. Buscamos resultados, no ideología. Es realismo”, urgió el mandatario estadounidense durante el discurso.
Tras el discurso del presidente Trump en las Naciones Unidas, es claro que posibles hostilidades continúan en el aire y la posibilidad de una intervención militar en alguno de los países aludidos es una posibilidad real. Sin embargo, queda muy al descubierto que la necesidad de negociar se impone, ya que ante la posibilidad de un conflicto global, todos los pueblos son perdedores.
