La Puerta del Diablo: ¿Sirve de algo alterarse?

La Puerta del Diablo: ¿Sirve de algo alterarse?

La Puerta del Diablo es sin duda uno de los puntos más conocidos del Departamento de San Salvador y uno de sus principales atractivos turísticos. Este famoso lugar, ubicado en Los Planes de Renderos ha sido motivo de diversas polémicas y reacciones dentro y fuera de los medios digitales salvadoreños durante el último mes.

Y es que el nombre de este lugar, aunque ampliamente asumido por la población, en distintos momentos de la historia ha intentado ser cambiado aduciendo cantidad de razones. El más reciente intento tuvo lugar precisamente hace algunas semanas, cuando la diputada del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Lucy de León, presentó una iniciativa que buscaba –una vez más- cambiar el nombre de la Puerta del Diablo.

Se pretendía que el sitio pasara a llamarse “Puerta de Dios”.

La razón que se dio para esto es que el presente año era el 25 aniversario de la firma de la paz y que como tal debía cambiarse la denominación del sitio. Esto debido a que estamos en el marco de la promoción de una cultura de paz y tolerancia. Esta propuesta fue acompañada por alrededor de 5 mil firmas de fieles de distintas iglesias evangélicas.

La Puerta del Diablo: ¿Sirve de algo alterarse?

Tras la referida petición, acto seguido la población reaccionó de distintas maneras ante algo que, a todas luces, no nos beneficia en nada. No se ve por ningún lado cómo es que cambiar el nombre a un lugar tan conocido vaya a influir positivamente en la conducta de la gente o como mensaje positivo de mayor o menor alcance, por no hablar de las posibles confusiones y contradicciones que siempre ocurren cuando se cambia nombre a una ubicación. Los tan pragmáticos y lógicos comentarios al respecto, a menudo se hacían acompañar de los más diversos memes, de los cuales compartimos algunos.

La Puerta del Diablo: ¿Sirve de algo alterarse?

La Puerta del Diablo: ¿Sirve de algo alterarse?

La Puerta del Diablo: ¿Sirve de algo alterarse?

El nombre protegido por la ley.

La curiosa situación tuvo su desenlace tras conocerse que esta y otras iniciativas con fines parecidos son improcedentes, ya que existe fundamento legal para su conservación. De acuerdo al Art. 44 de la Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural de El Salvador, es prohibido expresamente cambiar nombre a aquellos lugares cuya denominación procede de nuestras costumbres autóctonas o figurasen como bienes culturales.