Claves para un futuro seguro y sostenible

Claves para un futuro seguro y sostenible

La modernización surgió basada en la carbonización de la atmósfera, el envenenamiento del ambiente y el agotamiento de los recursos naturales. Para un futuro sostenible, necesitamos arreglar lo que hemos roto, limpiar lo que hemos ensuciado y sanar lo que hemos enfermado. La tarea es urgente porque el reloj está marchando.

Nadie ha podido establecer con exactitud cuál es el punto de inflexión, cuando la avalancha (Efecto Avalancha) zumbará  cuesta abajo, fuera de control. Pasando ese punto, el mundo, una vez más, experimentará lluvias de vacas y toros, reales y rocosos. James Hansen mencionó que cree que no hayamos pasado el punto de inflexión, pero añadió que no está seguro.

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No podemos seguir haciendo lo que siempre hemos hecho.

No podemos seguir quemando recursos no renovables. Se está quemando el futuro.

Sin cara o cuerpo, el cambio climático no inspira resistencia. Pero, necesitamos,  con gran urgencia, tomar medidas para lograr seguridad alimentaria y seguridad hídrica bajo condiciones de intensa adversidad. Hay cultivos anuales y granos básicos que son muy vulnerables frente al calor, a la sequedad y las tormentas pronosticadas para un futuro explosivo. Por eso, debemos crear reservas de alimentos resistentes a las nuevas condiciones. De igual manera, con los ríos que se debilitan peligrosamente, debemos tomar medidas agresivas y estratégicas para proteger fuentes de agua.

La atmósfera está sobresaturada con dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Necesitamos conscientemente tomar medidas para limitar emisiones y aumentar la capacidad de la tierra a absorber el carbono.

Lo más urgente es recrear los pulmones más estratégicos del mundo en forma de áreas forestales.

La plantación amplia de árboles bien seleccionados y bien ubicados, enfocándonos en especies comestibles nativas, pueden servir un triple papel estratégico: Fortalecer la seguridad alimentaria, aumentar la seguridad hídrica y contribuir a mayor absorción del dióxido de carbono atmosférico.

Al recuperar todas las especies de árboles y arbustos con valor nutritivo y medicinal, se crearía un espectro colorido, sabroso, y aromático de alimentos; muchos de los cuales están en peligro de extinción. Esas especies constituían el paisaje diverso de la tierra cuscatleca antes de la catástrofe conocida como La Conquista. Si establecemos bosques sobre fuentes de agua y a lo largo de ríos, fortaleciendo las cuencas del país, éstos nos darían raíces para proteger y mantener agua en las tierras.

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Pan de Árbol, Ojushte y Moringa: Campeones del mundo de mañana a favor de la seguridad alimentaria, la seguridad hídrica y la lucha en contra del cambio climático.

La captación del dióxido de carbono y la provisión de alimentos no sólo toma lugar en la tierra. De hecho el sumidero más grande del dióxido de carbono siempre ha sido el mar. El exceso del dióxido de carbono está acidificando el mar, matando pececitos, moluscos y arrecifes. Toda la vida biológica del mar está en peligro por el cambio climático.

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Los arrecifes del mundo están agonizando por el cambio climático.

Podemos cultivar algas marinas con los mismos fines climáticos y alimentarios. Aparte de ser plantas renovables, se reproducen con gran velocidad, precisamente porque absorben grandes cantidades del dióxido de carbono.

El contenido nutricional de las algas es excepcional.

Una forestación amplia del mar no solo puede ayudar a proveer fuentes de alimentos. Esto último puede ayudar en la recuperación del mar mismo, recreando hábitats para las especies marinas, que ahora agonizan por el calor y el carbono excesivo en la atmósfera.

Aparte de asegurar agua y alimentos, necesitamos contemplar un tipo de desarrollo no ofensivo a la naturaleza. Las industrias extractivas, supuestamente pro-desarrollo, buscan satisfacer demandas de un mercado inmune a los gritos de la Madre Tierra. Oro, plata, hierro, acero, concreto y cemento, todos requieren una extracción de materia prima y procesamientos nocivos al ambiente y atmósfera.

Aparte de asegurar agua y alimentos, necesitamos contemplar un tipo de desarrollo no ofensivo a la naturaleza. Las industrias extractivas, supuestamente pro-desarrollo, buscan satisfacer demandas de un mercado inmune a los gritos de la Madre Tierra. Oro, plata, hierro, acero, concreto y cemento, todos requieren una extracción de materia prima y procesamientos nocivos al ambiente y atmósfera.

Las industrias de concreto y cemento debilitan ríos y son responsable del 5% de todas emisiones de gases de efecto invernadero. Éstas sacan la roca y grava desde las galerías ribereñas, estiran los ríos, causando mayor evaporación del agua o inundaciones incontrolables. Crean desbordamientos o desaparecimiento de los ríos. Las industrias de concreto y cemento debilitan ríos y son responsable del 5% de todas emisiones de gases de efecto invernadero. Éstas sacan la roca y grava desde las galerías ribereñas, estiran los ríos, causando mayor evaporación del agua o inundaciones incontrolables. Crean desbordamientos o desaparecimiento de los ríos.

Las alternativas deben posibilitar una armonía con los entornos.

La naturaleza nos da materia estructural para construir y confeccionar con una gentiliza que no choca con el mundo natural. Cultivos como el bambú estructural pueden servir como base de muchos bienes y edificaciones firmes.

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El cáñamo nos ofrece otra alternativa estética y fuerte. El cáñamo absorbe grandes cantidades del dióxido de carbono y no contamina el ambiente.

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El zacate en pacas, bien repelladas con materia natural, puede proveer casas fuertes, resistentes y duraderas.

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Casas construidas de bolsas de tierra, fortalecidas con alambre de púas pueden dar una elección distinta para decenas de miles de compatriotas que ahora viven  dentro de casas de cartón, lámina y plástico.

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El micelio, la parte vegetativa de hongos, se puede petrificar en moldes de ladrillos después de consumir los rastrojos de la cosecha. Los ladrillos de micelio no emiten dióxido de carbono, no producen ningún tipo de contaminación. Los ladrillos convencionales requieren altas temperaturas sostenidas, normalmente utilizando lo que está al alcance: Troncos de árboles sacrificados para un mercado que no lleva criterios ambientales.

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La recuperación del mundo empieza por modelos viables que alumbren otro camino hacia una salida digna. Podemos mostrar al mundo que la dignidad humana no es sinónimo de  extracción y agotamiento de recursos no renovables, que desfiguran y debilitan ríos; que matan pulmones; que envenenan la tierra; que alteran la atmósfera y que destruyen hábitats para las especies. Modelos vivos pueden servir como luces de esperanza para nuestro mundo empezando a buscar una salida racional.

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¿Controlando a Maverick?

“Maverick” pesando 1,600 toneladas, es el vecino de la Vaca y el Toro en una isla de las Bahamas. Maverick simboliza el destino posible del planeta que hemos conocido y que hemos construido. El planeta que conocemos está en proceso de ser tragado por un monstruo de nuestra creación.  Todavía podemos negar a Maverick su refrigerio, el único planeta accesible a la humanidad y la gran biodiversidad existente: la Tierra.

¡Otro mundo es posible!

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Agradecimientos a: Miguelito Hoffman.