¿Es Facebook el verdadero villano en la era digital?

¿Aceptas los términos y condiciones? Por supuesto que todos los aceptan, aunque, seamos sinceros, menos del 1% de la población mundial con un perfil en las redes sociales se ha molestado en leer esta famosa y terrorífica información. Es en base a esto que se ha desatado uno de los temas más controversiales en los últimos días, en referencia a la plataforma digital más reconocida de todas: Facebook.

Hay muchos detalles aquí que deben ser aclarados: La privacidad en internet no existe. Aunque los más oscuros secretos de un individuo hayan sido confiados por medio de un inbox o una nota “privada” de voz, te aseguro que hay otras personas que tienen el acceso para leerlo; y te aseguro que esto está en los mencionados “términos y condiciones”. Ahora, a pesar de lo antes dicho, no por esto te dejes arrinconar por el horror, imaginándote una escena bochornosa en la que todos esos mensajes de “contenido delicado” salen al aire frente a tus conocidos.

No es así como funciona el carácter polémico del asunto.

Tras el problema con Cambridge Analytica, en la testificación que Mark Zuckerberg, fundador de la red social, tuvo que realizar, el iceberg de la verdadera problemática giró en torno al tema de la publicidad. No es algo nuevo que Facebook le venda la información a los anunciantes, pero la pregunta que tiene prioridad es la siguiente: ¿Es esto un crimen?

En su testificación, el mismo fundador informó con honestidad, que no cree que los usuarios realmente lean los términos y condiciones; que sorpresa, ¿no? Y es porque es en esas aberrantes colecciones de párrafos, que nadie quiere si quiera mirar, yace la aclaración sobre la metodología de los anunciantes.

De alguna manera “mágica”, Zuckerberg es millonario.

Miembros del congreso utilizaron esta información de forma “culposa”, alegando que es una invasión a la supuesta “privacidad” de los usuarios que sus datos sean compartidos con los anunciantes. Otro detalle que, y que ha causado escándalo es el hecho que Zuckerberg admitió que no gusta de compartir su ubicación porque dicha información es “vulnerable” y que en todo caso, Facebook tiene la capacidad de adquirir estos datos.

Entre otras discusiones, se tocó el tema de la política, el fundador respondió con neutralidad que lo que se busca es la inclusión para “todo tipo de ideologías”; una contestación que ha dejado en la incógnita a muchos.

Sin embargo, ¿esto significa que Facebook es el peligro encarnado?

La realidad es que Facebook es muchas cosas y depende de quien seas tú; puede ser un negocio, un entretenimiento, un diario para desahogarse (seguramente conoces a alguien que así lo utiliza), un periódico informativo o un simple medio de comunicación con tus parientes y amigos que viven en el extranjero. Y si insistes en que es un peligro pero aceptaste los términos y condiciones, entonces aceptaste el peligro. Dejaste que el vampiro entrara en tu casa, porque no te detuviste a investigar que este individuo tenía colmillos. No hay mucho que refutar al respecto.

Retomando el tema de los anunciantes y el uso de Facebook como negocio, cualquier individuo consciente del funcionamiento del mundo actual comprende que es imperativo que las marcas estén presentes en esta red social. Es más, le conviene que estén dentro de ella, porque facilita el acceso a la información.

 Al final, es el usuario el que decide a que páginas darle like y a cuáles no.

No se ha cometido ningún crimen. El crimen es que, estando en un nivel tan alto de la escalinata tecnológica, no exista en la sociedad una educación enfocada en la cultura digital. No se les enseña a las personas a ver más allá de lo que está frente a ellas, y profundizar en lo que realmente implica poner tu información en una red social. Y es por eso que se obtienen los casos de las personas que usan Facebook como su diario y luego se ven en problemas al respecto.

Por otro lado, están el extremo opuesto: Aquellas personas que le tienen pánico a las redes sociales, y se niegan a poner si quiera una fotografía, porque “el mundo entero los va a tener en la mira”. Tampoco es así.

Se trata del uso inteligente de una red social.

Si el mismo Mark Zuckerberg rechaza la idea de poner la información de ubicación es por algo. Muchos pueden decir que este miedo debería limitarse a los famosos, pero esto es muy relativo. Aunque seas un total desconocido, ¿por qué querrías que las personas sepan donde estás todo el tiempo?

Claro que Facebook puede tener el acceso a esta información, indiferentemente, pero ¿por qué decírselo al mundo de forma pública? La misma pregunta va para la aceptación de amistad: ¿por qué agregarías a un total extraño a tu perfil. En el sentido de la seguridad, no es nada lógico. Que no seas Capericuta Roja, no significa que el lobo feroz no te pueda atacar.

No es lógico compartir toda la información en tu Facebook.

En esta red social, puedes compartir toda clase de maravillas: Divertidos memes, fotografías de momentos especiales para ti, y publicaciones con tus más creativos pensamientos. Y la belleza de esta plataforma, recae en la idea de que este contenido lo compartas de forma saludable con tus conocidos, y que no sea contenido con el que caigas en una posición “vulnerable”.

Que las grandes marcas sepan cual es tu equipo de futbol favorito, que estás obsesionado con series como Stranger Things o Doctor Who, o que has estado casado por más de diez años, y que te manden publicidad y sugieran páginas en base a esta información, no te pone en este tipo de situación. Tal vez no puedas controlar qué entidades obtienen la información de tu perfil, pero sí puedes controlar lo que va a estar en ese perfil. Al final de día si alguna entidad como Cambridge Analytica hackeara Facebook, esto no se traduciría como el fin del mundo para ti.