Lo políticamente correcto

Tomada de: Vida Viva Peru
Por: Rodrigo Koi, pensador argentino

Mucha gente asocia lo políticamente correcto a comportarse de forma respetuosa con gente diferente a uno, a no discriminar y a ser desprejuiciado. Mientras que ser políticamente incorrecto es algo relacionado a la ignorancia, a ser irrespetuoso o a ser considerado literalmente un fascista.

Las cosas son un poco más complejas que eso. Ser políticamente correcto es amoldarse a los modos y formas de expresión de la corriente ideológica dominante en un momento dado. En la edad media europea, ir en contra de la iglesia y sus creencias podría ser considerado políticamente incorrecto, pero hoy en día lo que se dice y se hace está siendo normados por otras creencias que en muchos casos tienen cierto paralelismo con una nueva fe, una nueva religión.

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Así, como si de una nueva religión se tratara, la gente que promueve esta ideología llamada por algunos ‘progresismo’, por otros ‘marxismo cultural’ tiene sus cánones que deben ser respetados, tienen sus centros de difusión, que, en este caso no son iglesias, sino universidades y medios de comunicación. Los conocidos como progres y sus militantes serían los nuevos inquisidores. Como no podría faltar, también tenemos en esta fe un ente que representa al mal absoluto que es Hitler, una figura a la que nadie quiere quedar asociado. Si bien esta  religión no tiene un Dios, su creencia es que aplicando sus mandatos el mundo pasará de ser lo que es hoy a ser un lugar feliz para todos, tolerante y cada cual encontrará su lugar en él si así lo quiere.

El problema con la ideología dominante es que su cumplimiento no es gratuito, sino que muchas veces tiene un costo. Este costo a pagar es la libertad. Este recorte de la libertad muchas veces se expresa de forma legal cuando opiniones y pensamientos son perseguidos en pos de un bien superior y también (aunque estas opiniones no sean legalmente perseguidas) actúan de forma coactiva con cuestiones como el miedo al aislamiento por pensar distinto, o que decir tal o cual cosa termine acarreando problemas laborales o para conseguir empleos futuros.

Es entendible que muchas personas identifiquen su adhesión a los cánones de lo políticamente correcto como algo noble,  justo y realmente crean que así hacen un mundo mejor. Pero, también es cierto que el hecho de que muchas cosas que se consideren políticamente incorrectas no se debatan, puede poner en riesgo la resolución de temas importantes para el presente y el futuro de una sociedad.  El derecho a la libre expresión es uno de los derechos más básicos y también la primera barrera que tiene una sociedad contra cualquier forma de totalitarismo.