Derritiendo ilusiones apocalípticas. A propósito de la presencia de Steven Pinker en El Salvador

Tomada de: Reason.com
Autor: Mario Mejía, Escritor.
 «…desde la ideología no se puede ejercer una crítica científica, porque dentro del territorio de lo ideológico no es posible percibir las diferencias que exige el conocimiento científico». (Jesús G. Maestro)
«Pero la ciencia está para decirnos cuál es la realidad o, al menos, lo más cercano a lo que puede ser “lo real”, no para confirmar nuestros deseos…» (Pablo Malo)

 

AFP CRECER trajo a nuestro país al célebre científico de la Universidad de Harvard Steven Pinker. Sus teorías están basadas en diversas ciencias, como la neurociencia, la psicología cognitiva y evolutiva, la genética de la conducta, entre otras. Las obras científicas de Pinker son lectura obligada para toda persona interesada en tener una formación científica integral. La escritura de Pinker es fresca, clara y con toques de humor, refleja su gran habilidad para darse a entender.

Steven Pinker nos dice que existe una naturaleza humana universal que está constituida por rasgos innatos heredados de la evolución. Es decir que, no somos una pizarra blanca sobre la cual se escriben las relaciones sociales y que fenómenos como la violencia, el odio, la venganza, las guerras, la traición, el dividirse en tribus morales y políticas, el enamoramiento, la empatía, el altruismo, el deseo de resolver y el culto a los muertos, entre otros, han sido y son fenómenos universales, porque son producto de nuestra naturaleza heredada de la evolución. Una prueba de la universalidad de la naturaleza humana nos la proporciona la literatura. Desde hace milenios la literatura trata sobre  ansiedades, dilemas miedos, deseos, alegrías, satisfacciones y otras experiencias de los seres humanos; vivencias que son universales, puesto que van más allá de los relativismos culturales.

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Tomada de: Blogs UPN

Otra tesis interesante de Pinker, es que contrario a lo que muchas personas creen, el mundo ha mejorado. Males como la pobreza, el trabajo infantil, la violencia sexista hacia la mujer, la violencia racial, las guerras, las formas de ejecución terrible como el decapita miento y el ahorcamiento, las torturas, las epidemias, los suicidios y las hambrunas, entre otros, han disminuido grandemente. Y Pinker da datos que comprueban esa reducción.

El científico compara los datos de épocas pasadas con épocas contemporáneas, y la disminución se hace evidente: el mundo ha mejorado. Pero la pregunta es ¿por qué no se perciben estos avances? Entre las respuestas está el hecho de que los humanos poseemos ilusiones mentales innatas que producen ideas equivocadas acerca de la realidad. Entre esas ilusiones tenemos, aquella que nos hace creer que necesariamente hay altas probabilidades de que vuelva pasar un hecho que fácilmente recordamos, por ejemplo: si a mí me asaltan en un lugar donde objetivamente hay pocas probabilidades de asalto, el trauma me hará recordar el hecho fácilmente, y me hará creer erróneamente que las probabilidades de ser asaltado ahí son altas, cuando la realidad es que no es así.

En esto también está implicado el sesgo de negatividad, otro fenómeno mental que nos hace darle más relevancia o más peso a lo negativo que a lo positivo. Pero los sesgos cognitivos forman parte de nuestra naturaleza humana, cuando el ser humano sólo era cazador-recolector, dichos sesgos aumentaban las posibilidades de supervivencia y reproducción.

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Tomada de: Concepto

No se trata de minimizar los males sociales que siguen ocurriendo, sino de reconocer los avances que hay, porque si no se reconocen, se adoptarán medidas imprudentes para intentar lograr una solución, y eso podría empeorar las cosas. Sé muy bien que cualquier persona razonable deseará que no haya ningún mal en el mundo, y ese deseo hace que se apueste por utopías, pero eso es contraproducente.

Pinker hace una defensa de la Ilustración, ya que es la base del progreso moral, económico social y político que gozamos en la actualidad. Pinker reivindica la ciencia, la razón y el humanismo. Pinker utiliza la metáfora, “los ángeles que llevamos dentro» para referirse a los rasgos de nuestra naturaleza humana que tienen la potencialidad de llevarnos a un mundo mejor.

Habrá quienes acusen a Pinker de ser un romántico, pero no lo es, porque el romanticismo es voluntarista. El romanticismo cree que no hay una estructura de leyes que rigen la vida natural y social, tiende a negar la naturaleza humana. Mientras que Pinker reconoce la naturaleza humana, y eso lo hace realista, y nos dice que es necesario reconocerla para alcanzar más progreso moral, político, social y económico. Pero también nos recuerda que el progreso no es inevitable, no es una fuerza mística ni metafísicas leyes de la historia que nos conducen a un paraíso.

Las obras de Pinker son vastísimas, y este artículo no alcanza para comentarlas todas. Las teorías de Steven Pinker son necesarias para reducir los males que aquejan a nuestra sociedad. Porque siendo realistas como nos lo recomienda Steven Pinker, lograremos una mejor sociedad salvadoreña.