En el contexto cotidiano del concepto de popularidad, las personas suelen priorizar el estar a la moda sobre todas las cosas y eso lo comparan con tener estilo. Esto es no sólo en cuestiones de indumentaria. El que tiene el último modelo de una marca de carro, el que tiene el mejor chisme en un tema actual, el que lanza las mejores fiestas, ese es el individuo que suele ser el más popular de todos.

Ahora, con las tendencias de los hipsters y la necesidad inyectada en el psiquis de las personas de ser único y especial, las personas han dejado el viejo patrón de popularidad en un stand del pasado. Ahora, lo no popular es lo popular, en un sentido paradójico. Entre más extraños sean tus gustos en música, en cine, entre otras cuestiones, y más estrambóticas sean tus filosofías sobre la vida, más cool eres. Ahora, si te distingues de sobremanera entre los demás, si eres el punto amarillo, entre muchos puntos negros, es que resaltas

Es así como ganas el juego de la popularidad.

Pero entonces siempre se cae en lo mismo. Siempre parece haber un estereotipo que obligatoriamente las personas deben seguir para ser socialmente aceptadas. Cuando entramos en el tema de la moda en el rubro de la vestimenta, pasa lo mismo. Se dice que en épocas de antaño, las reglas de la etiqueta del ropaje eran muy rígidas. Si una mujer de alta cuna no se ponía corsé en la época en la que se hundió el Titanic, era todo un escándalo. Se dice que ahora hay más libertad en la cuestión de moda y estilo, pero ¿Realmente la hay?

¿Estar a la moda es lo mismo que tener estilo?

Según la Real Academia Española, la moda se puede definir de las siguientes formas: “Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país.” Esto hace referencia a las tendencias en general, pero si nos adentramos al mundo de las prendas de vestir, ese es el significado del mismo diccionario: “Gusto colectivo y cambiante en lo relativo a prendas de vestir y complementos.”

Una persona podría debatir que la libertad en la forma de vestir sí existe por el mismo factor cambiante. Las personas se visten de acuerdo a su entorno social, de acuerdo a la vida que llevan, entonces la libertad está intrínseca. No hay un policía de la moda.

Pero esa es la cosa: Sí hay policías de la moda.

Aunque no sea una cuestión clasista como en tiempos anteriores, siempre existen individuos que se dedican a descalificar a aquellos que se visten y no se ven como ellos, los autodenominados jueves supremos, consideran qué es correcto. Si bien pueden estar de moda los tatuajes, el pelo pintado de muchos colores, los jeans rotos, las camisas con logos de bandas de géneros musicales exóticos, y es cierto que estas amalgamas fascinantes e innovadoras de looks pueden ser muy estéticas, pero ¿Qué pasa con las personas que no gustan de estas cosas?

Mientras hay personas que prefieren un estilo relajado y alternativo, otras prefieren lo clásico y formal; y algunas usan cualquiera de los dos dependiendo de la ocasión.

¿Estar a la moda es lo mismo que tener estilo?

¿Estar a la moda es lo mismo que tener estilo?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Muchas personas, si ven a alguien con un conjunto distinto a la moda que ellos gustan, opinan: “Están fuera de onda”. Piensan que la estética visual está o en un concepto o en otro, o en lo más cargado y pintoresco, o en lo más minimalista y sobrio. Y no es así.

“El estilo está en la originalidad” dicen muchos, y es ahí donde caen en un error. La idea de que entre más alocado es algo, más estilo tiene es equívoca.

El estilo está en la esencia de cada persona, no en la moda.

Definiendo también este concepto, según la Real Academia Española, el estilo se define como: “Modo, manera, forma de comportamiento.” En otras palabras, el estilo, al igual que la personalidad, varía dependiendo de cada individuo. El estilo no existe exclusivamente en un vestido negro o en una blusa blanca. No existe únicamente en un collar fino de perlas o en un ostentoso anillo de oro. El estilo está en todas partes, aún en lo que a muchos no les pueda parecer estético.

Para una persona, la música de metal podría no poseer estilo alguno, y ser solamente un ruido insufrible, pero para alguien apasionado por el género musical, cada uno de estos misteriosos sonidos y la forma desgarradora en la que el cantante le da vida a las letras, es el mejor estilo de música que pueda existir. Igual en la ropa.

Para algunas personas el estilo de moda gótico podría limitarse a ser algo fúnebre y depresivo. Sin embargo, para una persona gótica, esas prendas negras y llenas de detalles victorianos representan el estilo más bello de vestir del mundo.

¿Estar a la moda es lo mismo que tener estilo?
El estilo gótico es uno de los más interesantes, pero muchas personas tienen un estereotipo erróneo al respecto.

Hay que recordar que cada persona es un mundo.

Puesto en otras palabras, para persona tiene su estilo; su estilo de ver la vida, su estilo para caminar, su estilo para trabajar y, consecuentemente, su estilo para vestir. Ya esté de moda que una mujer ande el cabello liso, que lo ande con rastas o que lo ande en un moño de balletista, esto no tendría porque ser una obligación visual que hay que cumplir. El andar en vestidos coloridos, el andar en vaqueros cortos o el usar tacones; estas deberían ser una hermosa gama de opciones para que cada persona elija la que mejor le quede, la que mejor se adecúe a su estilo personal, porque el estilo cada quién lo trae.

El juego de popularidad muchas veces entra el conflicto con el individualismo y el estilo de las personas, porque redefine la moda como un paradigma que no se puede romper. Al contrario, la moda es otro juego, donde cada persona puede elegir que le gusta y qué no. Si te gusta algo que está de moda, síguela, pero si no, está bien que te gusta algo distinto. No se trata de ser diferente a los demás. Tampoco se trata de ser igual a los demás. Se trata de ser tú mismo y tener tu propio estilo, indiferentemente a las tendencias impuestas.

Muchas personas, si ven a alguien con un conjunto distinto a la moda que ellos gustan, opinan: “Están fuera de onda”. Piensan que la estética visual está o en un concepto o en otro, o en lo más cargado y pintoresco, o en lo más minimalista y sobrio. Y no es así. “El estilo está en la originalidad” dicen muchos, y es ahí donde caen en un error. La idea de que entre más alocado es algo, más estilo tiene es equívoca.