La búsqueda de un endulzante apto para personas con diabetes ha sido un completo reto para los especialistas tanto en el campo de la química como para quienes estudian el tratamiento y cuidados de esta enfermedad. Es menester ofrecer opciones efectivas a estas personas a fin de preservar su salud al tiempo que llevan una vida sin preocupaciones y con una alimentación adecuada.
La falta de opciones adecuadas fue la motivación para Javier Larragoiti, químico y emprendedor mexicano quien, a través de su recién fundada empresa Xilinat, ha formulado un proceso que permite extraer Xilitol a partir de residuos de maíz.
Un endulzante natural con sabor parecido al azúcar y que además previene la caries.
Javier tenía la intención de brindar una opción consistente a los pacientes diabéticos a lo largo y ancho de la república mexicana. Su inquietud parte de que cuando él era más joven su padre fue diagnosticado con diabetes. En la medida que se ponía al tanto de la enfermedad, se dio cuenta que pese a los riesgos la mayoría de los pacientes siguen consumiendo azúcar.
Esta situación se torna más complicada cuando nos damos cuenta que se persiste en su consumo en razón de que los endulzantes disponibles en el mercado presentan sabores desagradables y alteran significativamente el sabor de los alimentos.
La necesidad por resolver condujo a Javier al Xilitol.
Este químico ya venía siendo utilizado desde hace unos 30 años en productos de higiene bucal, bebidas y dulces debido a su sabor azucarado. Su extracción presentaba el principal obstáculo, ya que se obtiene de la corteza de los árboles de abedul. Este proceso no solamente es costoso sino que implica riesgos al medio ambiente.
La principal innovación que plantea Xilinat es un proceso extractivo a partir del olote, que son residuos de maíz provenientes de las cosechas del grano y que por lo general se incineran. Xilinat lidera un esfuerzo conjunto con cultivadores de maíz del estado de Puebla a los que compran los rastrojos a fin de garantizar la materia prima en la producción de Xilitol. De este modo además se soluciona otro problema ambiental, como lo son las quemas de estos desechos cada fin de cosecha.
Tal innovación le ha valido a Javier algunos reconocimientos por emprendedurismo y avance tecnológico. Entre estos, destacan: El Premio Innovadores Menores de 35 Latinoamérica, que otorga el prestigioso Massachusetts Institute of Technology a los científicos jóvenes del subcontinente.
Pese a la notoria innovación, todo inicio es difícil.
Entretanto y pese al reconocimiento, colocar el producto en el mercado no ha sido tarea fácil para Javier y su equipo, puesto que han ido visitando de una en una diversas panaderías a fin de promover el endulzante. En un principio encontraron la oposición de los grandes panaderos gourmets, pero gradualmente ha sido de gran aceptación entre los panificadores medianos y pequeños, quienes cada vez más emplean el producto de Xilinat en sus recetas y postres. A medida que ha habido acogida en el sector panificador, se ha hecho necesaria una mayor inversión para poder producir a mayor escala.
“Me ha tocado ir a convencerlos (a los inversionistas) y es como los programas de Shark Tank. Si funciona así, aunque no tienes tanto tiempo ni oportunidades para convencerlos de que inviertan en tu idea.” Comenta Javier respecto de la dificultad de arrancar con el negocio.
Pese a todas las adversidades, no cabe duda que el Xilitol producido a partir del maíz se augura un futuro importante como alternativa para los pacientes de diabetes en todo el planeta, con el plus de una mejora en su salud bucal. Muy posiblemente gracias al descubrimiento de este joven emprendedor y científico, el diario vivir de quienes padecen esta enfermedad en el mediano plazo sea más dulce de lo que alguna vez fue.