“Lo que hay en internet es incontrolable”; esta es la respuesta que la mayoría de personas brindan cuando se entra en el tema de la moral respecto al contenido que se puede encontrar en el espacio cibernético. Dejando de lado la Deep Web con sus innumerables pasadizos llenos de misterios, de los cuáles algunos son incluso ilícitos y perturbadores, no hay que ir muy lejos. En una red social como Facebook o como Twitter, se puede encontrar un meme que podría ser ofensivo para alguien más.
Si no conocías a Logan Paul antes, seguramente ahora ya lo conoces muy bien. Este Youtuber, en palabras directas y francas, parece haberse echado al mundo encima cuando decidió subir a su canal un video donde visitaba el famoso Bosque de los Suicidios en Japón, en el cuál grabó a gran detalle el cadáver de un hombre que se había ahorcado. Incluso Youtube ta tomó cartas en el asunto, cerrando las cuentas del este joven.
¿Qué es exactamente lo que el Youtuber hizo que está tan mal?
Las opiniones varían. Por un lado, el ombligo del asunto recae en el irrespeto por el cuerpo sin vida de un ser humano. Por otro lado, está el hecho que hubo bastantes niños que vieron el video. Sin embargo, el criterio más elevado y analítico se amarra con la siguiente pregunta: ¿Por qué subió el video?
La curiosidad resulta ser algo muy natural en las personas, pero cuando este elemento adquiere un carácter más oscuro, se convierte en morbo. Logan Paul sabe muy bien que, lastimosamente, parte del mundo se mueve con el morbo. La sangre, la muerte y la violencia se convierten en llaves mágicas que pueden ser usadas para llamar la atención de las grandes masas.
¿Por qué subió el video? Lo subió porqué sabía que las personas lo iban a ver. Luego de recibir las más descriptivas e impresionantes críticas, por supuesto que, como todo buen conocedor del protocolo de buena imagen, el Youtuber se disculpó e incluso retiró el video de su canal, pero, ¿cuál es la verdad?
La verdad es que el video fue hecho para generar fama.
Lo controversial, lo complejo e incluso lo grotesco se convierten en tendencia. En la era digital, los millennials saben que el valor de una plataforma a nivel mercadológico equivale a la cantidad de likes y visitas que tengan. Aunque el Youtuber haya querido desmentir la razón detrás de tan alarmante video, la realidad es que dicho contenido estaba monetizado. No hay más misterio.
No obstante, el presente artículo no nació con el sólo fin de reprochar las acciones del Youtuber. Ya se respondió la primera pregunta: ¿Por qué, en su sano juicio, subió un video semejante? Pero, hay una segunda cuestión seguida de otros factores que hay que analizar: ¿Por qué la gente lo ve? El video se hizo tan viral al punto que, además de ser alabado, fue repudiado por las personas.
Si un video en Youtube tuviera contenido similar o peor, pero sólo tuviera 20 visitas, les aseguramos que las consecuencias no serían igual de catastróficas. Se puede decir que esta la luz de este embrollo ya fue revelado:
El morbo vende, pero hay más que esto, ¿o no?
No hay que olvidar la polémica obra del fotógrafo Kevin Carter; obra que lo llevó al suicidio. Conocida por el nombre “La niña y el buitre” esta fotografía mostró más que realismo en todo sentido; mostró crueldad; la situación casi inhumana en la que una niña africana se está muriendo y está a punto de ser devorada por un buitre. En este caso, se puede observar un ejemplo similar al de Logan Paul: Un contenido impactante y una sociedad que lo consume y a su vez reacciona con agresividad.
Sin entrar en la enmarañada discusión de si fotógrafo merecía recibir un tormento tan enorme al punto de quitarse la propia vida, nos podemos enfocar en un solo término: Sensacionalismo. La obra, moralmente correcta o no, ganó el premio Pulitzer en 1994, y aunque esto no quita el hecho que dicha imagen es una pesadilla en vida y representa una injusticia social, la obra de Carter posee una calidad desde una perspectiva artística por la naturaleza sensacionalista.
El sensacionalismo es un acompañante para el morbo. Una imagen o un video puede con lo que sea; puede con el contenido más escandaloso de todos los tiempos; con la deformidad más visceral, pero si las personas no reaccionan, ahí queda. Queda como una imagen o un video, pero como el público no se queda callado, el asunto se convierte en toda una tragedia griega.
Con esto, no estoy diciendo que el video del suicidio no mereciera el desagrado que obtuvo. Lo que digo es que Logan Paul no lo hubiera hecho, para empezar, si no hubiera tenido la seguridad de que existía un público cuya curiosidad, y cuyo morbo, iba alimentarse de su video. ¿De quién es la culpa al final: Del que gestiona el espectáculo del sensacionalismo o del público hambriento de escándalos que compra las entradas para verlo porque cree necesitarlo para divertirse? ¿Es la culpa de los dos? ¿Qué opinas al respecto?
