Los políticos del mundo pueden hablar linduras sobre planes y promesas para superar el cambio climático. Pero mientras las figuras públicas hablan de maravillas, los petroleros dan otro discurso, asegurando a sus accionistas e inversionistas que la demanda para petróleo va a seguir en aumento por las décadas venideras.
Cuando Obama cruzaba el estado norteño de Alaska en plena campaña a favor de una política climática, él mismo firmó un permiso al petrolero Shell a explorar para reservas de petróleo en aguas prístinas árcticas.
De hecho, los petroleros del mundo están esperando el premio de oro.
Bien saben que cuando desaparezca el hielo ártico, $9 billones valen de petróleo, ahora inalcanzables, estarán accesibles. Pero ese premio vendrá con un precio mucho más alto. La fuga del metano sellará el destino de sus propias hijas e hijos, nietas y nietos.
Agradecimientos a: Miguelito Hoffman.
