Por: Gloria Ramos, Master Coach ontólógica internacional
Cuando hablamos de apalancamiento es usual que se nos venga a la cabeza la terminología financiera. El apalancamiento es un término muy utilizado cuando queremos generar más ingresos en cualquier industria. De eso se trata también el deporte, de generar más procesos que no sean riesgosos para las distintas operaciones de las federaciones deportivas, bajo el mando de gente capaz y confiable.
Por desgracia, tenemos una incapacidad de formación en nuestros profesionales, más aún cuando se topan con el tema de la administración deportiva. Siendo dirigente deportiva al mando de una de las federaciones que más presupuesto recibe anualmente, la dirección en la cual nosotros conducimos es la de gestionar la federación como una empresa, capacidad que poseemos de acuerdo a la experticia en nuestras propias empresas. Tenemos una ventaja inigualable, pues todos los dirigentes de esta federación poseemos un historial atlético muy atractivo y sabemos comprender diversos momentos adversos que se nos pueden presentar, a nosotros, al atleta, al entrenador y a la federación.
¿Qué hacer entonces para que el deporte nacional se administre de la mejor manera y no se estanque?
La respuesta es sencilla, debemos saber integrar los talentos humanos conociendo el deporte a incursionar, trabajar incorporando herramientas de capacitación y gestión para el óptimo desarrollo de la persona y el equipo, por lo tanto, crear una carrera capaz de administrar deportivamente.
Nuestro país es bello y poseemos una gran diversidad de talento oculto el cual nos lleva a descubrir, no solo al atleta, sino también a quienes pueden ser líderes y generar esos contextos de aprendizaje para llevar mucho más allá nuestro deporte. Debemos romper fronteras regionales y contar con ese apalancamiento exponencial deportivo que llene el mundo de himnos nacionales.
Por mi parte, me comprometo como ex atleta, como mujer, como dirigente deportiva y como coach empresarial, a que comience el proceso transformacional.
