El 2020 que esperábamos!

Por: Miguelito Hoffman

Hace un par de años, 2020 fue señalado por el secretario general de las Naciones Unidas como decisivo en la historia de la humanidad. O logramos cambiar nuestro modo de desarrollo o nuestra casa común se va a colapsar. Cada año nuevo los petroleros celebran sus utilidades astronómicas, mientras nuestro futuro arde con cada vez más intensidad. Necesitamos cambiar toda la matriz energética, pero jamás debemos tomar liderazgo de los verdugos cuyo interés es amarrarnos al mercado que ellos controlan.

La historia del desarrollo humano ha sido un asalto sostenido en contra del sistema pulmonar planetaria. Y ahora, más que nunca, el planeta necesita poder respirar hondo. Necesitamos bosques bien diversos, muy extensivos y bastante esparcidos por todos lados. Pero, al momento cuando la humanidad está bombardeando la atmósfera con emisiones incontables del dióxido de carbono, está cortando, talando y quemando el mismo mecanismo que sirve para inhalar y regular el gas. Desde que el hombre llegó en la tierra, una mitad de la cobertura forestal desapareció, con el mayor daño ocurriendo durante los últimos 50 años. A pesar de tantos discursos sobre la necesidad de salvar los bosques, la destrucción sigue acelerando.

Necesitamos buscar y rebuscar cada rinconcito del mundo para ver cómo podemos aumentar su capacidad de respirar. La búsqueda puede dar resultados sorprendentes. El Jacinto de Agua nunca ganó una reputación por ser una planta capaz de salvar el planeta. Al contrario, es universalmente visto como la planta acuática más invasiva y más destructora del mundo. Curiosamente, el Jacinto limpia los cuerpos acuáticos de las impurezas toxicas y su crecimiento representa una actividad fotosintética extremadamente agresiva y concentrada. El reto que enfrentamos es controlar el Jacinto y no dejar que domine ecosistemas. La clave es cosechar la planta masivamente y constantemente en su etapa tierna antes de convertirse en carpetas gruesas, lo que reduce oxigenación, mata especies, bloquea transporte, genera sedimentación y distorsiona el espejo de agua normal para lagos o lagunas saludables.

Si bien es cierto una hectárea del bosque saludable gana el promedio de 3 libras de biomasa por día, una hectárea del Jacinto puede ganar aproximadamente 4,285 libras de masa seca por hectárea, por día durante momentos de máxima proliferación. Eso representa una tasa fotosintética de una magnitud incomparable. Podemos usar la biomasa del Jacinto para generar energía en calderas industriales ecológicas sin emisiones. Aun podemos utilizar sus componentes: celulosa, aceites y grasas para hacer biocombustibles, superando nuestra adicción a combustibles fósiles.

Salvando el futuro depende en nuestra habilidad de cuestionar prácticas letales, empezar a buscar salidas dignas y crear las pruebas claras. En el camino, sin duda habrá incertidumbre y errores. Pero seguir con normalidad, sin cuestionar convención, sin curiosidad intelectual y sin experimentación, el futuro va a colapsar encima de nuestras hijas e hijos, nietas y nietos. Si hacemos errores ahora, podemos evitar los horrores de mañana. En todo el proceso, necesitamos sus perspectivas, observaciones, aportes, dudas, inquietudes y aun críticas. Pero, encima de todo, necesitamos juntarnos en la gran búsqueda para una alternativa.

RAMA (Rescate al Medio Ambiente) invita a todas y todos a ser parte del gran experimento para mitigar el desastre más contundente en la historia de la humanidad.

Hagamos que el año 2020 sea el año de cambio. Y hagamos que El Salvador sea la luz brillante.