Las redes sociales se han trasformado en los líderes de la publicidad moderna. Cada vez, los gustos y las preferencias de los consumidores son más complejos. Si bien la memoria colectiva a nivel global, siempre responde a ciertos patrones semánticos existentes desde los principios de la civilización, la lógica del Marketing actual no podría perseguir un eficaz desarrollo sin el Neuromarketing.
La mente del ser humano ha evolucionado de forma magistral a través de los tiempos. Esto puede notarse a cabalidad cuando se observa el talento y el conocimiento, casi instintivo, que poseen las generaciones Millennial o de nativos digitales cuando se encuentran frente a la parafernalia digital. El Neuromarketing se encarga de analizar y profundizar en las formas en las que funciona el cerebro humano; es decir, la forma en la que piensa un consumidor.
El neuromarketing nace a partir de la base de las neurociencias.
En este campo científico, se toman en cuenta los conocimientos más avanzados sobre el sistema nervioso y el cerebro. Se estudian, no sólo las funciones cerebrales, sino también los ritmos cardíacos de un individuo, así como su forma de respirar en todo tipo de contextos.
De este modo, se logra comprender la forma en la que un individuo, como consumidor, pueda reaccionar ante cierto tipo de estímulos y mostrar cierta conducta.
Ayuda a predecir reacciones y conductas.
A nivel físico y psíquico, el Neuromarketing es una herramienta fuerte en Mercadeo, porque establece de forma determinante, la naturaleza de los comportamientos de los consumidores. “El neuromarketing es la ciencia de la decisión humana”, asegura Patrick Renvoise, coautor de Neuromarketing: Uncovering The “Buy Button”/Descubriendo el “Botón de compra”.
¿Qué características, cualidades físicas y prácticas tiene que tener un producto para cautivar al público meta? ¿Qué palabras claves tienen que estar inmersas en los slogans para despertar el interés y suplir aquellas necesidades desatendidas en un consumidor? Todas estas preguntas se pueden responder mediante el Neuromarketing. ¿Asombroso? ¿Peligroso?
