Como toda manifestación de fandom y cultura popular, los videojuegos tienen tras de sí una muy vasta historia de leyendas urbanas y hechos relevantes. A lo largo de toda esta, hay un elemento que siempre ha estado rodeado de un halo de misterio y que a su vez da un atractivo extra para la exploración en los juegos que conozcamos al derecho y al revés. Hablamos del caso de las claves y secretos; mismos que se volvieron famosos tras un experimento hecho al interior de Konami.
Si bien es cierto que hoy en día se trata de un aspecto cotidiano y hasta cierto punto de cajón, no siempre estuvo ahí. De hecho, la existencia de los trucos y claves es algo que corresponde al contexto del Famicom/NES y eran básicamente una herramienta de desarrollo. Fue de esta manera que surgió el más icónico de ellos, que daría paso a toda una historia escrita a punta de curiosidad, audacia y rumores.
El Código Konami se volvió el símbolo inmediato de toda una industria.
Hasta el día de hoy, ciertas cosas ocultas en los juegos nos facilitan la vida y es casi una norma en la gran mayoría de ellos que exista algún repertorio de secretos. Aunque es muy evidente que han llegado para quedarse, un factor que escapa al imaginario colectivo es la manera como aparecieron, pues el Código Konami ,como muchos otros, apareció por accidente. Otro muy buen ejemplo es el famoso “Pokémon” errático de las versiones roja y azul: MissingNo. Un bug que ejecutado correctamente daba acceso a muchas cosas muy ventajosas.
Volviendo al famoso truco, éste nunca fue algo que estuviera planeado, siendo de esta manera uno de los accidentes más afortunados de la industria. Todo comienza con la popularidad del primer Gradius, un shooter muy popular que Konami lanzó en arcades allá por el ya lejano año de 1985. Este juego se volvió un clásico instantáneo debido a su nivel de reto, pues era uno de los más difíciles del género, resultando un verdadero desafío para quienes ya dominaban Space Invaders o Galaga de principio a fin.
Dado que Gradius era uno de los grandes hits en los locales de arcade en aquel momento, Konami identificó que sería una de sus creaciones más prometedoras y decidieron sacar un port para el Famicom. Fue durante el desarrollo del mismo que una nueva página de la historia del videojuego estaba por escribirse.
Fue entonces que ocurrió el curioso accidente.
Kazuhisa Hashimoto era el principal programador encargado del port de Gradius para la legendaria consola de 8-Bits. En aquel momento los desarrolladores hacían ellos mismos las pruebas del producto final, para que cuando el juego saliera a la venta corriera de la mejor manera posible y con la menor cantidad de errores y bugs; una de las mayores características de Gradius era su dificultad, por lo que llegó intacta al port, pero al mismo tiempo representó una gran complicación para Hashimoto.
A menudo, en las sesiones de prueba se frustraba porque no avanzaban gran cosa en el juego debido a lo extremadamente difícil. Veía muchas veces el odiado y temido “Game Over” antes de poder sacar alguna conclusión útil. Entonces fue que tuvo una idea que le ayudaría a completar su trabajo, que fue crear una secuencia en el control que fuera fácil de recordar:
2 arriba, 2 abajo, izquierda, derecha, izquierda, derecha, B, A.
Ésta se introducía al poner pausa y al volver al juego, se desbloqueaban todos los power-ups. Y así la fase de pruebas continuó sin problemas. Sin embargo, el programador cometió un pequeño pero importante descuido: Olvidó eliminar el código.
Tras la salida al mercado del port de Gradius, empezaron a circular rumores acerca de una clave que te daba acceso a todo. De ser charlas casuales entre jugadores, la noticia pasó rápidamente a diversos medios y revistas especializadas, con lo que se difundió a gran velocidad y dio pie a muchas otras cosas.
La idea de esta clave gustó tanto dentro de Konami que otros programadores la utilizaron en sus creaciones. Fue así como el truco alcanzó la fama mundial, pues su aparición más celebre fue en Contra, donde al aplicarla durante la pausa permitía continuar el juego con 30 vidas. Como ya se había vuelto un icono de esta empresa, trascendió a muchos otros grandes juegos de la misma, como los de la saga de las Tortugas Ninja (Teenage Mutant Ninja Turtles), Silent Hill, Metal Gear Solid y Dance Dance Revolution.
Fue todo un símbolo de la cultura popular.
Aunque el Código Konami es un símbolo de la marca y la cultura gamer, goza de una popularidad y reconocimiento tales que ha tenido apariciones en diversas películas y series de TV. Inclusive algunos sitios web lo han utilizado creativamente para interactuar con los usuarios.
Algunas de sus apariciones más celebres han sido en la serie de dibujos animados Gravity Falls, en la que aparece brevemente en una de las imágenes del opening y en el conocido Anime Oh! My Goddess (Aa! Megamisama), en el que Skuld se refiere al código como la clave del reseteo de uno de sus inventos (Episodio 20).
Pero el que quizá le haga más justicia a su importancia es Disney, pues la clave aparece en un momento importante del filme Ralph, el Demoledor (Wreck-It Ralph). Aparece cuando King Candy lo utiliza para acceder al código base del juego Sugar Rush.
Ahora que sabemos su origen, valdría la pena preguntarse como habrían sido las cosas si Kazuhisa Hashimoto se hubiera acordado de sacar el código del juego final. Ciertamente la historia hubiera sido muy distinta y los juegos (y los medios especializados) no habrían sido como los conocemos hoy, pues encontrar cosas ocultas es parte de la diversión y una expresión muy fuerte de nuestras habilidades y sentido de la observación.
En esta semana que se celebró el día mundial del gamer quisimos rendir tributo a uno de los hechos más importantes de la historia de este hobby, ¿Te ha gustado el artículo?, ¿Has tenido experiencias gratas con esta u otras claves? Te invitamos a compartir tu opinión en la caja de comentarios.
