El posible regreso del Imperio del Brasil

El posible regreso del Imperio del Brasil

Brasil es ciertamente un país que, salvo por algunos problemas socio-económicos comunes, dista mucho de parecerse al resto de América Latina. No decimos esto únicamente en función del habla portuguesa y el hecho que posee territorio más grande de la región, sino porque constituye una excepción a la norma histórica colonial de esta parte del planeta.

Más que ser una colonia del Reino de Portugal, Brasil constituyó una extensión importante de éste hasta su separación en 1822. Considerarlo una colonia –aunque lo fue hasta cierto punto- es tener una percepción muy superficial de la historia. Al separarse de Portugal, el gigante suramericano se irguió en un gran imperio que durante cerca de 70 años se pudo considerar una potencia regional, con estándares de vida superiores al resto de la región. Es por ello que incluso se considera la vuelta de ese sistema de gobierno como una solución profunda a los problemas del país.

30 mil brasileños firmaron una petición en favor de la vuelta del imperio.

El pasado mes de junio tuvo lugar una de las mayores expresiones de apoyo a la monarquía en la historia del Brasil republicano. 30 mil ciudadanos dieron su visto bueno a una petición que propone la restauración del Imperio del Brasil y el consecuente cambio en la institucionalidad y forma de gobierno. La ley del país suramericano establece que para que asuntos de este tipo sean considerados por el Congreso, se requieren al menos 20 mil firmas.

Descripción de la imagen: Manifestación pro-imperio en Río de Janeiro.

Una vez se hayan validado las firmas que acompañan la moción, se someterá a discusión legislativa y se fijará fecha para la realización de un referéndum en que los ciudadanos definirán el destino de la actual república. Un experimento similar tuvo lugar en 1993. En aquella oportunidad más del 90% de los brasileños votó por el mantenimiento de la república presidencialista; 24 años más tarde las cosas pintan muy distinto.

2 sistemas, 2 etapas.

Una de las razones que se exponen para la restauración de la monarquía, con la casa Orléans-Braganza al frente, es que durante la etapa imperial Brasil tuvo muy bajos índices de delincuencia, desempleo, analfabetismo, pobreza e inflación. De igual manera, la institucionalidad del gobierno monárquico era sólida y confiable. Esto repercutió en una gran prosperidad durante los 67 años de la dinastía de los Orléans-Braganza.

Asimismo, la población en general y la evidencia histórica marcan un muy evidente contraste de aquel próspero reino con la república actual. En esta, la corrupción permea todos los estamentos del gobierno y su historia se ha distinguido por una muy notoria inestabilidad política. De igual manera, se propone la vuelta de la monarquía dado que la situación política plantea muchas situaciones que podrían resolverse mediante la intervención de un hipotético soberano.

Descripción de la imagen: Flyer que circula en Brasil en favor de la vuelta del imperio.

Por principio de cuentas, el régimen que se propone para el nuevo Imperio del Brasil es el de una monarquía parlamentaria. Aquí, las decisiones de Estado surgirían del consenso entre el Primer Ministro y el Parlamento. Las mismas deberán contar además con la mediación, consejo y visto bueno del Emperador. Por eso, se asume que en principio el nuevo monarca deberá carecer de filiación política conocida y sus atribuciones serían principalmente de consulta y moderación, por lo que en consecuencia, un eventual gobierno monárquico estará marcado por la neutralidad ideológica.

¿Quién sería el nuevo gobernante?

De ser aprobado el nuevo imperio en el referéndum, asumiría el trono el actual jefe de la casa real brasileña, Luiz de Orléans-Braganza. En la línea de sucesión, se sitúan su hermano Bertrand y el príncipe Joao Henrique. Muchos monarquistas propugnan porque este último sea el nuevo emperador de Brasil, dado que es el más joven de los 3. Tanto a Don Luiz como a Don Bertrand se les ha visto en distintos actos populares de apoyo a la restauración del imperio.

Dice una conocida frase que “El que no aprende de la historia, está condenado a repetirla”.El pueblo brasileño parece muy dispuesto a darle un nuevo sentido a la misma, puesto que han recurrido a las lecciones de la historia en busca de la solución para un país en crisis. El tiempo, el Congreso y el posible referéndum nos dirán si tenían razón.

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