La vida orgánica y su inteligencia

Tomada de: Psicología y mente
Por: Mario Mejía, escritor

Los humanos tenemos la capacidad de crear cosas grandiosas, desde hace setenta mil a cuarenta mil años, sufrimos ciertas mutaciones en el ADN y en la estructura cerebral que nos proporcionó la capacidad de imaginar fenómenos que no existen en el tiempo y en el espacio, y crear tecnología nunca antes vista en el planeta tierra. La capacidad de imaginar fenómenos que no existen en el tiempo y en el espacio se manifestó, por ejemplo, en la creación de religiones animistas, politeístas y monoteístas. que nos permitieron niveles de cooperación social que otros animales no pueden tener, lo que nos convirtió en la especie animal más poderosa del planeta.

Creamos herramientas intelectuales y materiales que nos permiten compensar los límites de nuestras capacidades físicas y mentales y transformar nuestro entorno. Este poder no lo tiene ningún otro animal.

La mente humana no es una sustancia espiritual, no es algo independiente del cerebro. La mente es actividad cerebral, son las capacidades mentales provenientes de esta actividad cerebral.

Reconocer los rostros de las personas, recordar las tablas de multiplicar, recordar lo que hemos estudiado para parcial, sumar, restar, dividir y reconocer los patrones de conducta de los demás y recordar la dirección del lugar hacia donde nos dirigimos son algunas de las capacidades mentales que poseemos.

Nuestros sentidos recogen datos del mundo externo y nuestra mente procesa esa información, lo que hace que nuestra conducta esté condicionada por esta información procesada. Por ejemplo, si me doy cuenta que esta calle es muy peligrosa porque pasan con frecuencia rastras autobuses y automóviles livianos a toda velocidad, y hay una pasarela cerca, entonces hay una fuerte probabilidad de que opte por cruzar en la pasarela, con el fin de evadir el peligro de ser atropellado.

Es tanta la capacidad que adquirió la especie humana de crear nuevas cosas que, hemos logrado crear capacidades mentales muy similares y hasta mejores a las nuestras. Y lo más grandioso es que, estas capacidades mentales provienen de materia inorgánica, lo que nos lleva a considerar que estas capacidades constituyen elementos de una vida orgánica.

La Inteligencia artificial no tiene conciencia.

La conciencia es la capacidad de sufrir y sentir bienestar, tener emociones y sentimientos, saber de la propia existencia, mientras que manifestaciones de la inteligencia son, por ejemplo, la capacidad de reconocer caras, analizar datos, reconocer las intenciones de otros, reconocer los colores de los semáforos con su respectivo significado, etc. En los seres humanos están unidas conciencia e inteligencia, mientras que en las mentes artificiales solo hay inteligencia, pero no conciencia, no tienen la capacidad de sufrir, ni de sentir bienestar, no tienen emociones ni sentimientos, ni saben de su propia existencia.

La inteligencia humana tiene la capacidad de aprender a partir de los datos que recopilan sus sentidos, la inteligencia artificial también puede hacerlo. Por ejemplo: a partir de los datos que la inteligencia artificial de YouTube recopila a partir de los tipos de videos que miramos es capaz de, aprender a reconocer otros videos similares que nos gustan y nos lo recomienda al momento de que nosotros entramos a YouTube.

La Inteligencia artificial ya puede analizar currículum, sostener conversaciones con humanos, competir con humanos en concursos de preguntas y ganarles, jugar ajedrez contra un humano y ganarle, reconocer caras, tomar decisiones en la Bolsa de Valores, crear sinfonías, etc.

Google ha desarrollado vehículos autónomos e inteligentes con la capacidad de reconocer peatones, semáforos y nomenclaturas de calles mucho de mejor que un humano. El doctor en Inteligencia Artificial David Leavy pronostica que para el año 2050 nos casaremos legalmente con robots.

La Inteligencia artificial está progresivamente teniendo más destrezas mentales, siempre similares a las del ser humano, pero más amplificadas, más precisas, más eficientes.

El mérito del ser humano es haber tenido la capacidad de crear inteligencias compuestas de materia inorgánica. El modelo en el que el ser humano se basó para crear la Inteligencia Artificial es la mente humana misma y el cerebro humano mismo. Los humanos somos máquinas biológicas de procesamiento de información, la Inteligencia Artificial también lo es. Podemos decir que, la Inteligencia Artificial es vida inorgánica. Y esta vida orgánica tendrá en el futuro manifestaciones que apenas podemos imaginar.