La derrota de uno los rostros de la superstición y el fin de las persecuciones por “Brujería” en Europa

Por: Mario Mejía, Escritor

La persecución de personas acusadas de “brujería” en la Europa del siglo XV al siglo XVIII fue un fenómeno demasiado complejo. Sucedió tanto en el mundo católico como en el mundo protestante. Entre el siglo XVI y el siglo XVII, franceses y alemanes  asesinaron entre 60 mil y 100 mil personas, de las cuales 85% eran mujeres y 15% eran hombres.[1] Pero otro dato sostiene  que fueron condenadas y quemadas 500 mil personas acusadas de brujería entre los siglos XVI y XVII.[2]

La creencia en la brujería generó persecución institucional y popular, es decir que la persecución no fue monopolio de autoridades religiosas y estatales, sino que la misma gente contribuyó en la represión de alguna manera, ya sea denunciando, linchando a la persona acusada etc.

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Los humanos tienen la necesidad de explicar las cosas malas que les suceden, buscan causas que expliquen por qué les sucede algo que les afecta. Pero la ignorancia acerca de las verdaderas causas, hace que las personas le echen la culpa a causas que sólo existen en su imaginación. Un vistazo a las acciones que se les atribuían a las supuestas brujas, nos dice de los males que las personas sufrían en esas épocas. Las “brujas” eran acusadas de asesinar y robar niños, de arruinar las cosechas, de provocar epidemias, entre otros males. Vemos que las personas atribuían estos sucesos a la “brujería”, que era algo que existía solo en su imaginación. Pero la firme creencia en que la “brujería” era la causante, se desataban   paranoias colectivas.

En una carta el Papa Gregorio VII regañó al rey de Dinamarca y le exigió que prohibiera las matanzas de mujeres acusadas de “brujería”, y también le dice que le enseñe a las personas que Dios es el hacedor de la naturaleza que produce fenómenos asombrosos.[3]

Lo dicho por el Papa Gregorio, nos muestra que las personas acusaban sin fundamento a las “brujas”, de ser las causantes de fenómenos temibles. La gente identificaba causas que sólo existen en la fantasía. Las “brujas” también eran acusadas de volar en escobas y de celebrar reuniones llamadas Akelarre, donde supuestamente copulaban con demonios.

Dentro de la misma institucionalidad de la Iglesia católica existía escepticismo acerca de la existencia de mujeres que vuelan en escobas, que copulan con demonios y que tienen poderes demoniacos para dañar a otras personas y hacer muchas cosas extrañas más. Y que contrario a lo que muchos creen, el mundo católico fue el que menos persiguió a mujeres acusadas de “brujería”, fueron los protestantes los que más persecuciones hicieron.

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La tendencia escéptica y racional, según parámetros de la época, de la Inquisición española frente al fenómeno de la “brujería”, se ve claramente en las conclusiones a las que llegó el inquisidor Alonso Salazar.  Allá por 1610, este inquisidor concluye que a la hora de juzgar un caso producto de una “ brujería” ,hay que atenerse a los hechos, hay que juzgar en base a lo que se pueda verificar y no en base a la inverificable, como lo es la “brujería” misma.[4]

Esta conclusión del inquisidor produjo avances, ya que ahora en adelante, a una persona que se le acusara de hacer algún mal por medio de la “brujería”, ya no se le juzgaría por hechos inverificables como son los poderes demoníacos para causar desgracias, sino en base a hechos verificables que se le atribuyeran. Por ejemplo: Si se me acusa de provocar la enfermedad de una persona por medio   de la “brujería”, la autoridad debe buscar qué acciones cometidas por mi persona trajeron como resultado la enfermedad de la persona.  Al exigirse juzgar sólo en base a hechos verificables, y como la relación de causalidad entre los poderes diabólicos y la enfermedad de la persona es algo inverificable, el simple hecho que la persona fuera supuestamente “bruja” no bastaba para atribuirle la culpa de la enfermedad de la persona.

La Inquisición Española fue de las jurisdicciones del mundo católico que menos reprimió a mujeres acusadas de “Brujería”. La extremada mala fama de la Inquisición española se debe en gran parte a la propaganda anti española de las potencias europeas protestantes.

En 1526 en Granada, teólogos católicos ya habían acordado   un procedimiento jurídico para tratar los casos sobre “brujería” , donde se facilitaba la reconciliación con la Iglesia si había señales arrepentimiento, la simple “brujería” que no dieran como resultado otros delitos sería sancionada con multa o confiscación, y las  simples confesiones de “brujas” no eran evidencia suficiente  para arrestar a otras personas.[5]

El racionalismo y la ciencia son antídotos en contra de la superstición. Crear supersticiones es un producto de los sesgos innatos de la mente.  Pero el racionalismo y la ciencia nos llevan hacia a la verdad, o al menos lo más cercano a la verdad, y nos hace más conscientes de nuestros sesgos mentales, por lo que es más fácil liberarnos de supersticiones.

Es por eso que el gradual avance del espíritu humanista, científico e Ilustrado fue poco a poco reduciendo la creencia en la “Brujería” y las persecuciones fueron disminuyendo gradualmente, hasta que varios países de Europa la fueron declarando ilegal.

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Tomada de: Feepik.es

En el  año 1631 un Jesuita llamado Friedrich Spee, escribió un libro al que s ele atribuye haber puesto fin a las acusaciones  por brujería en Alemania.[6]

De las  última ejecuciones de  personas  por “brujería”, están el de una mujer ahorcada en Inglaterra en 1716,  y el una mujer quemada en la hoguera en 1749, en algún lugar de Europa,[7] y   el de un niña en el cantón protestante de Glarus, en el año 1783.[8]

La raíz del protestantismo es el Irracionalismo, es por eso que fue el mundo protestante el que más realizó atrocidades en nombre de la extirpación de la “Brujería”. El catolicismo ha estado y está orientado   al racionalismo idealista.

Actualmente se le recuerda a la Iglesia Católica sobre su pasada participación hace siglos en la persecución de “Brujas”. Pero hay que tener en cuenta que dentro de la misma Iglesia Católica surgieron voces que cuestionaban la atrocidad de perseguir, ahorcar y quemar mujeres acusadas de “Brujería” (y también hombres, recordemos que hubo un pequeño porcentaje de hombres víctimas de este tipo de persecución), y que dieron su aporte intelectual para sentar las bases filosóficas y morales para dar fin a este fenómeno tan oscuro en la historia del mundo occidental. No se trata si la actual Iglesia Católica sea buena o mala, se trata de ver que ya no es la misma iglesia que en el pasado reprimió a seres humanos para intentar erradicar algo que no existe, es decir, la brujería.

Uno de los méritos del Mundo occidental es haber podido desechar las ideas que lo llevaron a cometer muchas barbaridades en el pasado.

Fuentes:
[1]Página 199. Autor: Steven Pinker. “Los Ángeles que llevamos dentro, el Declive de la violencia y sus implicaciones”

[2]Página 7. Reseña Crítica de “Vacas, Cerdos y Brujas” de Marvin Harris

[3]Página 339 y 340. Autora: Marìa Elvira Roca Barea. “Imperiofobia y Leyenda Negra”.

[4]Página 339. Autora: María Elvira Roca Barea. “Imperiofobia y Leyenda Negra”.

[5]Página 338 y 339. Autora: María Elvira Roca Barea. “Imperiofobia y La leyenda Negra”.

[6]Página 201. Autor: Steven Poner. “Los Ángeles que llevamos dentro, el Declive de la violencia y sus implicaciones”

[7]Página 201. Autor: Steven Poner. “Los Ángeles que llevamos dentro, el Declive de la violencia y sus implicaciones”

[8]Página 339. Autora: María Elvira Roca Barea. “Imperiofobia y La leyenda Negra”.