Un mundo naranja por la dignidad de la mujer

Desde hace 18 años se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer cada 25 de noviembre. La fecha fue institucionalizada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1999 para hacer conciencia de que aún en los albores del Siglo XXI, la violencia de género continúa siendo una espeluznante realidad. Y quienes la sufren en mayor proporción son precisamente mujeres.

De acuerdo a datos de la propia ONU, entre 2005 y 2016 han sido muy patentes diversas formas de violencia contra la mujer en diversos lugares del planeta. En el referido período de tiempo, cerca del 19% de mujeres de entre 15 y 49 años de edad habían sido víctimas de abuso sexual y distintas expresiones violentas, paralelamente, alrededor del 48% de mujeres en este rango de edad son obligadas a tener relaciones sexuales sin su consentimiento, asimismo ha sido detectado lo siguiente:

Casi la mitad de los feminicidios a nivel planetario en el mismo intervalo han sido perpetrados por el cónyuge.

Una realidad que contrasta dramáticamente con la situación de las víctimas masculinas, que únicamente es del 6%. Claramente el panorama de la defensa de los derechos humanos para las féminas presenta una situación alarmante, por lo que la igualdad de la mujer es uno de los objetivos contemplados en la agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030. Por lo que la lucha por la dignidad de las mujeres debe ser un compromiso de orden planetario.

Slogan para el año 2017.

Para el año 2017, la ONU ha lanzado la campaña ÚNETE. En la que durante 16 días, desde el 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre –fecha en que se conmemora la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos- se llevarán a cabo diversas actividades para visibilizar la realidad de la situación de la violencia contra la mujer de en todo el mundo. Asimismo, se insta a quienes tomen parte en la campaña a usar el color naranja como un simbolismo de un mundo en el que la violencia de género finalmente sea erradicada y en el que las mujeres brillen con luz propia.

Un mundo mejor es posible con la participación de todos y en el que no se excluya a nadie; después de todo, todos nosotros tenemos los mismos derechos y con este fin, todos los seres humanos son importantes. Cada esfuerzo que se haga, cuenta.