Mal inicio de año para el dólar estadounidense

Mal inicio de año para el dólar estadounidense

El dólar de los Estados Unidos de América es desde hace más de 4 décadas un referente indiscutible de moneda fuerte. Ese término alude a las divisas de las economías más poderosas del planeta, en especial desde que el estándar del respaldo del valor de cada moneda en todos los países del mundo pasara del patrón oro a estar basado en la producción de cada uno. Sin embargo, la fortaleza del dólar y otras divisas importantes no depende per se, del tamaño y solidez de su economía.

Existen muchos otros factores que si bien corresponden a la esfera de la ciencia económica, no son un objeto directo de estudio; pero que sin embargo pueden afectar en un sentido u otro la tasa de cambio, en este caso del dólar, frente a otras divisas de peso. Este ha sido el caso de las primeras horas de 2018.

El dólar ha perdido terreno frente al euro en los primeros 2 días del nuevo año.

2018 ha tenido un inicio de doble filo en lo que respecta a las 2 monedas más importantes del planeta, como son el dólar y el euro. Una combinación de factores en el contexto de cada una ha hecho posible una situación que no se veía desde hace unos 15 años, puesto que a esta fecha el euro se encuentra en mejor posición que nunca frente al dólar. Actualmente el tipo de cambio se cotiza en $1.21 por cada euro y se prevé una mejora en la situación de la divisa europea en el mediano plazo.

El efecto Donald Trump y los aciertos del BCE.

El dólar por su parte ha caído cerca del 9% en el índice que permite referenciar su valor respecto de otras monedas de calibre mundial, como puede ser el Yuan o el Yen. Si se parte únicamente de la caída en el índice, es previsible un aumento del tipo del cambio del dólar frente a estas divisas asiáticas, aunque no de manera tan inmediata como ha ocurrido con el euro. Sin embargo, este es solamente el resultado final de otras situaciones.

Mal inicio de año para el dólar estadounidense

El Banco Central Europeo (BCE) ha optado por tratar de ampliar la demanda de la divisa europea. Ha reducido su programa de estímulo monetario con el fin de potenciar todavía más la tendencia al alza de la demanda de euros que se ha dado a causa de un aumento en el precio de las materias primas al cierre de 2017.

En cuanto a la situación particular del dólar, la moneda norteamericana se posiciona como un ejemplo fehaciente de la manera como las decisiones políticas pueden afectar las variables económicas. El entorno construido por el presidente Donald Trump en apenas un año de mandato ha afectado la confianza de los inversionistas, cosa que se ha visto reflejada en la solidez de la moneda de la superpotencia.

No obstante esto, se estima una recuperación hacia mediados del año.

Si bien es cierto que el dólar ha tenido su peor inicio de año en la última década y media, sigue siendo una divisa confiable y referencia válida para todo tipo de operaciones en el actual contexto. Sin embargo, las actuales cifras de tipo de cambio son un indicador de que al mundo le parece que algo no está bien en las instituciones del país norteamericano.