PIB y macroeconomía: El posible vuelo del fénix latinoamericano

PIB y macroeconomía: El posible vuelo del fénix latinoamericano

El PIB o Producto Interno Bruto es más que la medida de la producción periódica de toda una economía. La interpretación correcta de este indicador y sus fluctuaciones constituyen un elemento básico y muy importante para el diagnóstico de la realidad económica de países o regiones enteras. Su contracción o expansión en el corto y mediano plazo son una primera lectura consistente de los posibles caminos que pueda tomar la administración oportuna de los recursos.

Esto es así porque esta cifra es una aproximación precisa del tamaño del aparato productivo del área geográfica en estudio. Aunque no sea un reflejo exacto del desarrollo económico, si lo es de la magnitud de las inversiones e iniciativas empresariales y por extensión, de las repercusiones de las mismas en la población.

En el caso latinoamericano, esto es comúnmente algo contradictorio.

Se afirma esto porque históricamente ha tenido un bajo crecimiento del PIB. Además aunque en algunos países de la región se han hecho las cosas relativamente bien y se refleja en este y otros indicadores macroeconómicos, no así en la situación de la población en general. Es sabido que salvo unas contadas excepciones (Chile), América Latina acusa un grave problema de empobrecimiento. Pese a todo, si ha sido un parámetro útil para observar la evolución del entorno económico en cada país.

Infografía: ¿Resurge América Latina? | Statista Más estadísticas en Statista

Una proyección de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) estima que en términos generales esta región del globo tendrá mejores expectativas de crecimiento del PIB que en 2017. En el gráfico adjunto, se observa que, salvo Venezuela, Honduras y Paraguay, para el resto de casos en estudio se augura una mejor situación que el año pasado.

Se espera que en 2018 los países latinoamericanos crezcan entre el 1 y 6%.

Cabe destacar que algunos de los sospechosos usuales son los que aparecen a la cabeza del crecimiento del PIB para el año que recién inicia: Panamá (5.5%), Nicaragua (5.0%), Costa Rica (4.1%), Bolivia (4.0%) y Paraguay (4.0%) son casos de una tendencia que se ha observado prácticamente en toda la década, dado que en estos países se ha dado un aprovechamiento muy marcado de ciertas potencialidades propias en aras de propiciar un crecimiento de las inversiones.

En este sentido, los países más meridionales de Centroamérica son casos emblemáticos ya que cuentan con una banca sólida y un clima de inversiones. Aunque este no está libre de regulaciones estatales, sí concede un margen de maniobra importante para que las inversiones privadas puedan instalarse en estos países oportunamente. Tal situación salta la vista por simple inspección, pues las empresas más importantes de la región tienen sus sedes en estos países. El caso panameño resulta excepcional, puesto que su posición como centro logístico global es un plus importante.

PIB y macroeconomía: El posible vuelo del fénix latinoamericano

De esto podemos concluir que América Latina es una región con mucho potencial para alcanzar un desarrollo económico efectivo y consistente. Sin embargo, es necesario que se haga extensivo al resto de países de la región aquello que ha sido exitoso en los casos enunciados y que a la vez sea aplicable al contexto particular de cada uno. Aunque en términos de volumen, 2018 pinta un mejor panorama, es necesario que el crecimiento de la actividad económica se traduzca en bienestar para la población en general.