Trabaja o deja trabajar, ¡NO medias tintas!

Tomada de: cdn-pro.elsalvador.com
Por: Mónica Pacheco, Comunicadora

Los diputados Manuel Flores (FMLN), Ricardo Velásquez Parker (ARENA) y Raúl Beltrán Bonilla (PCN), se presentaron a una entrevista televisiva donde la temática en discusión fue: “Las expectativas del periodo 2018–2021 de la Asamblea Legislativa”.

El diputado Ricardo Velásquez Parker expuso dentro de su participación: “El diputado en El Salvador es el peor pagado en Latinoamérica, y es el diputado al que más se le exige. No te quiero contar la cantidad de peticiones que reciben los diputados que no es parte del trabajo legislativo, pero el pueblo exige”.

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Sin embargo, evaluando la entrevista que desató la polémica ante las declaraciones de Parker, abundan hasta sobrar expresiones como: “la aritmética política”, “austeridad”, “mala imagen política”, “bloque de decisiones”, “la conformación de la nueva directiva de la Asamblea Legislativa”, “la repartición de poder dentro del 1er órgano del Estado”, entre otros.

Los diputados hablan como si estuvieran jugando al ‘Monopolio’ en la asamblea, y en realidad así es. Dentro del recinto se toman las decisiones sobre el rumbo del país, aprobación de leyes, aumento salarial, préstamos para desarrollo, entre otras.

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Lejos de seguir abonando a la polémica declaración del diputado Velásquez Parker y el “mal pagado” salario de los diputados salvadoreños, me gustaría centrarme en su propuesta de, y parafraseo “hacer una autentica auditoria del valor agregado que se devuelve a la población y ahí sí, el obrero es digno de su salario. A los diputados les toca hacer mucho con poco”.

Esta frase es la que verdaderamente quedó retumbando en mi pensamiento, “el valor agregado que se devuelve para ser digno de un salario”. Si con base en esto se estandariza un salario para los legisladores, estoy segura de que no les alcanzará a los diputados para pagar sus estilos de vida, ya que es evidente que legislan para manipular leyes a favor de sus negocios y no para garantizar la mejora de vida para la población.

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Mi línea de trabajo es muy alejada a la política, sin embargo, sigue siendo un trabajo, por el cual no espero que mi jefe me reciba con aplausos y alfombra de pétalos de rosa cada vez que lo desempeño, porque para eso es lo que me pagan. Y a mí, sí me pagan mal, gracias a la excelente labor para el aumento salarial de nuestros estimados diputados.

Igualmente incito al diputado a tener un poco de humildad, ya que, si no está de acuerdo con las exigencias de la población, no se hubiera hecho legislador. Y si su salario dependiera del valor agregado de su trabajo sería mejor que se quede a dirigir negocios que lo vuelvan multimillonario, y ahí sí, puede pedir egocéntricamente, todos los agradecimientos que quiera a sus empleados, ahí si estarían mejor ubicadas sus peticiones.