China es uno de los principales ganadores con las circunstancias actuales del contexto mundial, puesto que las mismas le permiten al gigante asiático tomar el liderazgo y colocarse como referente en muchos sentidos. Uno de los temas en que China ha aprovechado claramente la situación es en el rubro de las energías limpias; una realidad incipiente que se ha visto impulsada por fuertes cambios en el mapa mundial del cuidado del planeta.
Parte de las circunstancias que explican el nuevo liderazgo chino se explican mediante el contexto del Acuerdo de París y todas las polémicas suscitadas durante el año a causa del retiro de los Estados Unidos del referido compromiso global contra el cambio climático. Ello supuso una oportunidad dorada de presentarse al mundo como una nación preocupada por el medio ambiente y con un gran abanico de proyectos acerca del tema.
La mayoría de éstos se enfocan en desarrollos de energía solar a gran escala.
Hasta hace muy poco tiempo, la mayor parte de la electricidad del Celeste Imperio se producía a base de carbón mineral. Con ello, China era uno de los mayores contribuyentes a la crisis global del cambio climático al ser uno de los principales emisores de gases de invernadero. En el lapso del último año y medio, el gobierno y empresas de este país han apostado fuerte por la energía solar y eólica, pues esto se enmarca dentro de la política industrial del gobierno chino para el largo plazo, que se denomina “Made in China 2025”.
Aunque se trata de un plan de Estado, el mismo contempla la exportación de la tecnología solar china a través de un megaproyecto de transmisión eléctrica a lo largo y ancho de lo que alguna vez fue la Ruta de la Seda. Por ello, en el futuro habría infraestructura solar china atravesando una franja bastante grande de territorio que abarca hasta los extremos orientales de África y Europa.
En el marco de este plan destacan 2 agentes muy importantes.
En este sentido, Sungrow y Panda Green Energy son 2 de las empresas más importantes de China en cuanto a desarrollos solares. Los principales proyectos de las mismas están llevando la capacidad instalada en el país a niveles de liderazgo global.
Un caso especialmente emblemático es el de Panda Green Energy, pues en julio del presente año esta empresa inauguró la planta solar de mayor capacidad en territorio chino. Esta representa la mitad del potencial proyectado para fin de año para el país, que es de 100GW producto de la acción de paneles solares. Como dato curioso, esta planta que está ubicada en la región de Datong ha dispuesto las celdas fotovoltaicas de modo que en tomas aéreas se aprecia la figura de un oso panda.
Sungrow por su part, ha transformado por completo una región cuya principal actividad económica era la minería de carbón. En esta, se ha formado un lago como resultado del abandono de las actividades mineras. En este cuerpo de agua, Sungrow ha montado un proyecto de generación solar cuya principal característica es que se lleva a cabo mediante infraestructura flotante. Esta innovación podría servir a futuro para llevar este tipo de energía limpia a los rincones más recónditos del planeta.
Si bien es cierto que China conduce estas iniciativas con miras a optimizar los costos de su actividad industrial más que por una preocupación genuina por el medio ambiente, indirectamente se contribuye a la crítica situación del mismo. Las innovaciones desarrolladas por estas empresas marcan la pauta para desarrollos efectivos por parte de otros agentes a nivel planetario.
