¿Ha creado Google la inteligencia artificial definitiva?

¿Ha creado Google la inteligencia artificial definitiva?

El campo de la inteligencia artificial es motivo de frecuente debate en diversos ámbitos relacionados al contexto digital. Esto es debido a que todavía es difícil medir sus alcances, limitaciones y hasta qué punto es necesaria la intervención humana en su funcionamiento. Más de una vez nos hemos preguntado si llegará el punto en que este tipo de sistema pueda desarrollar otros similares o inclusive autorreplicarse.

Hace algunos meses, investigadores de Google tomaron el riesgo y decidieron comprobar mediante un ambicioso proyecto si la humanidad estaría lista para el siguiente paso de cara al desarrollo de inteligencia artificial. El equipo designado, conocido como Google Brain, recientemente ha hecho públicos sus hallazgos al respecto.

AutoML ha sido capaz de desarrollar por sí misma otro sistema de inteligencia artificial.

AutoML es el nombre de un proyecto llevado a cabo por Google Brain a fin de comprobar las teorías que apuntan más alto acerca del tema. En otras palabras, AutoML llevaría a un nuevo nivel el Machine Learning si su algoritmo de auto-aprendizaje era capaz de crear otros similares para tareas y fines específicos, sin más mediación humana que el programa base del sistema.

Hace pocos días se dio a conocer el primer producto directo de AutoML, cuyo nombre es NASNet. Éste es un sistema de IA cuyo propósito es identificar personas y objetos en tomas de video en tiempo real. Hasta el día de hoy se estima la eficiencia y precisión de NASNet en un 82.7%. Detrás de este porcentaje se encuentra AutoML y su red de controladores neuronales. A través de ellos, NASNet ha ido potenciándose y mejorándose en la tarea para la que fue diseñado.

Esto ha sido a través de prueba y error.

El secreto para el desarrollo de AutoML no es otra cosa que algo de sentido común. Cada nuevo ensayo y mejora se retroalimentaba dentro del sistema, a fin que con el tiempo los controladores lo asimilaran y pudieran, a la postre, desarrollar sus propias correcciones a cada tarea y proceso. Esto a largo y mediano plazo resultaría en la creación de nuevas inteligencias artificiales a partir de la original en las que el proceso se repetiría para el desarrollo de sus tareas específicas, como ha sido el caso concreto de NASNet.

Ahora bien, el proceso de autoaprendizaje y sus productos pueden llegar a escalas infinitesimales de no existir la regulación pertinente, cosa que a la larga entraña importantes riesgos para la humanidad, principalmente si alguno de estos desarrollos se utilizara con fines militares. Por lo pronto y tras comprobar las posibilidades de la inteligencia artificial, queda abierta la puerta para un debate más serio y profundo acerca del tema.