La fuerza escondida en la elegancia del Ballet

La fuerza que se esconde en la elegancia del Ballet
Laura combina su pasión por el ballet con el ejercicio del pole en esta imagen. Fotografía por: Irene Foto Studio

Laura Domínguez nunca había practicado algún ejercicio en específico, pero cuando conoció el ballet, le cayó como anillo al dedo. Ella quería un reto y esta disciplina artística, que requiere no sólo de gracia, sino de mucha fuerza física y equilibrio, resultó ser justo lo que buscaba.

En el ballet, conocido como un tipo de baile de alto nivel estético y valor escénico, yace una fascinante contradicción. Laura explica que es una disciplina bastante rígida, pero cuando se realiza, el resultado debe verse fluido y natural.

Debe trasmitir bastante delicadeza.

Pero, ¿Por qué se podría considerar algo rígido? La balletista nos narra su primera experiencia con el ballet.  Llegó en leggins y una camisa pegada a su silueta a la clase de prueba, ya que esa era la indumentaria requerida. Se paró en primera posición, pero no se dio cuenta que no tenía la espalda recta.

“Eso es anti-ballet” expresó la instructora. En este ejercicio, la postura debe ser impecable.  “Es bien difícil aprender la posición, porque uno mueve una cosa y se mueve todo” detalla Laura. El cuerpo siempre debe seguir una línea, y esta jamás se debe romper.  “Si estiras un brazo, tienes que ver donde termina.” Asegura.

Es aquí donde entra el tema de las famosas puntas de ballet.

Estar con zapatillas de puntas significa que una balletista ha ganado fortaleza en las piernas y en los tobillos. Sin embargo, casi todo el peso recae en el dedo gordo, que es el que más se apoya. Por eso es imperativo que alguien que practica esta disciplina tenga la espalda erguida. Esto le ayuda a balancear el peso que cae en las piernas y en los pies.

Cuando se hace la transición de las zapatillas normales a las que de punta, las bailarinas caminan diferente. Como la suela es más gruesa y dura, el pie tiende a irse para otro lado.

Laura comenta que un factor que se toma en cuenta es el arco del pie. Para bailar de puntas, se debe haber dominado el arte de apuntar bien el pie.  “Si uno no apunta bien, no se para bien en puntas. Es más difícil saber manejarlas.” Puntualiza.

La fuerza que se esconde tras la elegancia del Ballet

Es un hecho muy sabido que los pies de las balletistas deben soportar cierto nivel de dolor para que la técnica se cumpla con excelencia. Laura explica que se pueden hacer ampollas y e incluso las uñas se pueden caer por la presión, pero siempre hay distintas formas para proteger los dedos. Existen cojines pequeños que se pueden poner para amortiguar el dolor.

Otra cosa importante es la calidad de la zapatilla en sí.

Como muchas otras indumentarias deportivas y también herramientas artísticas, las zapatillas de ballet deben ser, en términos ideales, personalizadas a los pies de cada bailarina. En la plataforma o base, hay un cubo que rodea los dedos. Este es duro y tiene el propósito de ayudar al pie a mantener la posición adecuada, pero si la zapatilla no es a la medida, esto no se cumple.

Laura explica que hay una marca llamada Gaynor, prestigiosa por hacer estos calzados artísticos de forma personalizada. “Traen tallas para todo. Son el ajuste perfecto al pie” comenta la balletista con convicción. Detalla que lo grandioso de esta marca es que no se trata de una sola talla como en los zapatos normales, desde cinco y medio hasta talla nueve. Se adecúan a cada parte del pie.

Sin embargo, Laura agrega que no están hechas para todos los bailarines. “Las Gaynor son más suaves que las demás y ya traen el arco definido.” Comenta.  Estas zapatillas se gastan rápido en alguien que ya sabe apuntar muy bien el pie y por lo tanto requieren de un calzado más duro.

Para una bailarina de ballet profesional, es mejor usar una zapatilla dura porque le ayuda a desarrollar más fuerza en el pie, al ser las más difíciles de usar.

Las zapatillas deben ser únicas para cada bailarín.

No es recomendable usar zapatillas nuevas en una obra importante, porque estas se moldean al pie y se van suavizando. Se deben haber estrenado ya con anticipación.

En el ballet, casi todos los movimientos conllevan mucha concentración y fuerza. Entre algunos de ellos, está el famoso Arabesque, uno de los movimientos más conocidos, que trata de tener la pierna levantada hacia atrás. Luego, está el Attitude, que es como un Arabesque algo modificado, ya que en la pierna que va levantada hacia atrás, se dobla la rodilla.  Esto tiene que ser en un ángulo de noventa grados.

La fuerza que se esconde tras la elegancia del Ballet
Ejemplo de Arabesque

También existe el Cambré. Este es un término del ballet clásico que significa “arqueado”, y es una posición en la cual el cuerpo se dobla en la parte de la cintura y la parte superior del cuerpo se estira hacia atrás o hacia un lado, y la cabeza sigue este movimiento. Estas son sólo algunas de las complejas y magníficas maniobras que aprende a dominar una balletista.

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Ejemplo del Cambré

Laura explica que hay otra pirueta cuyas características son muy peculiares. Se trata del giro, el cuál pareciera ser de los movimientos más básicos.

Hay algo en las artes escénicas que se llama punto fijo.

En el ballet, el punto fijo juega un papel fundamental, porque la bailarina casi nunca deja de verlo en el giro. Es por menos de un segundo que la mirada se desvía al dar la vuelta completa. Esta técnica ayuda a la balletista a no tambalearse o marearse en el agitado movimiento.

Explica que en una pirueta, la balletista debe estar viendo un punto fijo.  Si gira, aunque el cuerpo de mueve, ella no debe dejar de ver, sólo por el segundo en que da la vuelta completa, luego debe volver al mismo punto fijo. Debe ser un movimiento rápido. No se debe perder el punto fijo o la balletista se tambalea o marea.

Laura explica que a algunas bailarinas les sale esta técnica con más naturalidad que a otras.  Un tema que se menciona mucho sobre el ballet en referencia a esto, es el hecho que es un mundo muy competitivo. La balletista no lo niega, pero asegura que depende del tipo de lugar.

Sin embargo, Laura asiste a la Academia Alicia de Rusconi y comenta que su maestra fomenta valores positivos; el no ser grosero ni burlarse de los demás.  “No todos aprendemos de la misma manera, ni tan rápido” explica.

La fuerza que se esconde tras la elegancia del Ballet

Gracias a esto, ella expresa que disfruta de un gran sentido de pertenencia con las bailarinas con quienes comparte este amor por el ballet.

Pero los beneficios de esta disciplina son aún más.

Laura detalla que este ejercicio ofrece una gran definición en las piernas, además de la tonificación general del cuerpo. Los músculos del ballet se distinguen por ser alargados, después de todo. Debido a eso, ella como bailarina se siente más fuerte a nivel físico.

“Me siento más animada. El ejercicio tiende a hacer eso en la gente. Me siento más activa.” comenta.

La balletista narra que hace cinco meses le ha sumado a su vida otra fascinante disciplina física, el Pole Dance. Gracias al ballet, ha podido sumergirse con agilidad en los movimientos de este deporte y a su vez, el Pole le ha ayudado a mejorar bastantes cosas en el Ballet.

Juntos, estos dos rubros le suman fortaleza a las piernas. Esta fuerza comienza desde los músculos de las caderas y ayudan a levantar las piernas. Todo va conectado en la amalgama de beneficios físicos.

“El ballet es la base de todo baile.” Si podes ballet, podrías hacer otras cosas.” asegura. Este ejercicio lleno de tutús y delicadas zapatillas rosa se asemeja a la gimnasia rítmica y por ello varias niñas que entran a ballet, antes han practicado esa disciplina atlética. No obstante, no es necesario que alguien ya tenga conocimientos en algún ejercicio para practicar ballet o tenga una edad específica.

En el Ballet, hay mitos que no son ciertos.

“No importa la edad” comenta Laura, ya que ha tenido compañeras de más de 30 años que bailan súper bien. Puede ser más difícil para ellas que para una niña por el desarrollo de flexibilidad, pero se puede lograr. La balletista aclara que incluso puede cambiar a las personas, ya que enseña a comunicar un mensaje de forma artística.

Cuando ella está de puntas, se desconecta del resto de la realidad.  “Estoy tan enfocada en lo que estoy haciendo, que no hay nada más. No estoy pensando en tareas. No estoy pensando en trabajo. Eso es lo que me gusta.”

Para Laura, el Ballet es más que un ejercicio. “Es mi pasión. Me encanta el ballet. Todas mis cosas las arreglo en torno a poder asistir a mis clases de ballet.”

¿Y a ti te gustaría aprender a bailar con las hermosas zapatillas de puntas y realizar piruetas estéticas?

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