Un caso actual del método Justo a Tiempo

Un caso actual del método Justo a Tiempo

“Justo a tiempo”, 3 palabras que en su día significaron lo suficiente como para cambiar la industria, primero en Japón y luego en el resto del mundo. Tal fue su alcance que no solamente afectó al sector industrial, sino que en el lapso aproximado de unos 70 años, transformarían toda la economía.

Este es el nombre con el que se conoce a un completo cambio de paradigma que sería la raíz de una revolución en el modo de hacer las cosas en las grandes empresas. Así se conoce también el Método Toyota debido a su origen, pues fue esta empresa la primera en aplicarlo. A grandes rasgos consiste en la reducción al mínimo de las existencias, partes y actividades industriales, con el objetivo final de ajustar la producción a la demanda. Por ello, se produce únicamente aquello que se tiene certeza que se venderá (Una muy buena parte por pedido), con lo que se reducen costos y tiempos y se aumenta la eficiencia.

Con el paso del tiempo, la aplicación del método se expandiría de Toyota a toda la industria japonesa y traería cambios en la estructura de las tareas y procesos de producción. En el mediano y largo plazo, ciertas actividades pasarían a ser subcontratadas y haría posible la creación de nuevas empresas cuyo propósito es suplir la demanda de algunas piezas que anteriormente la marca del producto final debía fabricar por ella misma.

Esto a la larga afectaría la división internacional del trabajo.

Esta afirmación puede sonar exagerada para muchas personas, pero es de hecho el contexto que tenemos. En el presente resulta muy obvia la estructura horizontal de muchas empresas y sectores y con esta base se ha hecho posible una operatividad internacional que en tiempos de la producción en masa era impensable, ese fenómeno que hoy conocemos popularmente como Globalización.

Pese a su comprobada eficacia, esta filosofía de empresa únicamente ha visto su aplicación estricta en el sector industrial del país en que fue creada. Ciertamente ha tenido influencia en la estructura de producción mundial, pero no ha podido aplicarse fuera de Japón al 100%. Las razones de esto son eminentemente culturales, pues requiere una gran disciplina que todo el sistema funcione adecuadamente y un compromiso máximo de satisfacción para con el cliente, tanto en calidad como en tiempo. Además hay otras situaciones que lo impiden; de esto hablaremos más adelante.

Hay una fórmula clásica para problemas actuales.

Decidimos abordar en esta ocasión esta metodología empresarial, debido a un caso reciente que no solamente sería un primer paso para la solución de un problema de oferta y demanda de un producto novedoso y actual. Dependiendo de esto último, podría trascender finalmente el contexto del archipiélago nipón. En la medida en que se logre estabilizar la demanda para este mercado, es probable que el mismo procedimiento se aplique a nivel mundial.

No obstante a que el método Justo a Tiempo constituya la base de las estructuras horizontales y redes empresariales que pueblan la economía del planeta, podría tratarse de la primera vez que intente llevarse al resto del mundo con todos sus postulados y elementos. La respuesta del público sería un importante indicador acerca del factor cultural.

El referido producto no es otro que el Nintendo Switch.

Una consecuencia natural de optimizar las actividades y stocks ha sido históricamente que la empresa puede concentrarse en su línea principal de negocios y por ende, en nuevas ideas de productos y servicios. Históricamente, una de las compañías símbolo de este resultado del Método Toyota ha sido el conocido fabricante de videojuegos Nintendo.

Desde que paulatinamente abandonasen las barajas de cartas, los juguetes y juegos de mesa para introducirse en un mercado incipiente y del que eventualmente tomarían la batuta, Nintendo se ha caracterizado porque cada nuevo producto es una propuesta fresca y rompedora. Ello claramente tiene como resultado una gran demanda por cada nueva consola que sale al mercado, aunque con sus altibajos, es una verdad histórica que –con pocos recursos tecnológicos- se han distinguido por la innovación y creatividad.

Sin embargo, recientemente el ser tan innovadores le está pasando la factura a la compañía. Desde el lanzamiento del Nintendo Switch el pasado 3 de marzo, la demanda del mismo ha significado un genuino dolor de cabeza tanto para la empresa como para el consumidor. En cada tiraje que se hace, el mismo parece ser insuficiente. Inclusive se da el caso que se agotan en cuestión de minutos.

El mercado japonés es el mejor ejemplo de la escasez de consolas.
El mercado japonés es el mejor ejemplo de la escasez de consolas.

Como consecuencia, los precios de la consola se disparan y en un buen número de tiendas alrededor del mundo hay filas interminables de gamers esperando hacerse de un Nintendo Switch. A menudo dicho entuerto resulta un fracaso, pues por lo general el stock de las mismas es menor que la cantidad de clientes, por no mencionar que esta situación es proclive al acaparamiento y las consecuentes reventas a precio exagerado.

Esta situación incluso se ha visto agravada por otros agentes de la industria tecnológica, pues algunos de sus productos tienen componentes comunes con el Nintendo Switch. Como efecto de lo limitado del stock de partes, el que logre hacerse primero de las mismas tendrá mayores opciones de satisfacer la demanda.

Es aquí donde entra en acción el método Justo a Tiempo.

Precisamente ha sido en Japón el lugar en que los problemas de escasez han sido más evidentes y las filas más largas. Ello facilitó a Nintendo tomar una medida basada en los planteamientos de Taiichi Ouno (Creador del método), que haría posible regularizar la demanda en el mercado aludido a mediano plazo.

Anteriormente hemos dicho que el método en cuestión tiene entre sus principales herramientas las ventas a pedido. Un número determinado y preciso de órdenes permite estimar óptimamente las necesidades de producción, y esto es precisamente lo que Nintendo ha hecho para estabilizar el mercado japonés: Abrir la posibilidad de personalizar tu consola a través de una pre-orden.

Algunas de las posibles combinaciones disponibles.
Algunas de las posibles combinaciones disponibles.

Entre el 22 de agosto y el 1 de octubre de este año, la tienda online de la empresa dará la opción de combinar al gusto los Joy-Con y demás accesorios que se incluyen cada pedido. A la vez se han introducido nuevos colores para ampliar la gama de opciones. Claramente, en este intervalo de tiempo se harán los movimientos y cálculos necesarios para que, en la fecha final, cada pedido sea entregado oportunamente y tal como cada cliente lo solicitó.

Consideremos un pedido hipotético de 10 mil unidades.

Nosotros en Occidente podríamos suponer que en las bodegas de la marca existen igual número de pantallas, docks y pares de Joy-Con de cada color. Pero la realidad del caso es muy otra, pues ninguno de los pedidos que se reciba será igual a otro y a simple vista es difícil estimar cuántas combinaciones efectivas se van a realizar. Si se hiciera como lo pensamos de este lado del planeta, habría notablemente mucho desperdicio, pues unos colores serán más preferidos que otros.

Partiendo del supuesto de los 10 mil Switch, lo único seguro y predecible son las piezas uniformes, como la pantalla, el dock y los cables. El referido intervalo de tiempo se utilizará en el procesamiento de la información de las órdenes y con ello estimar cuánto se requerirá de acuerdo a la preferencia del público y estrictamente mandar a fabricar ese número de Joy-Con, grips y straps.

Nosotros asumimos que hay 20 mil negros, azules, rosados… cuando la realidad podría ser que 3 mil unidades tengan el mismo par de Joy-Con y las otras 7 mil una cantidad indeterminada de combinaciones que muy pocas o ninguna se repetirán. Sobra decir que habría colores de los que se harían muy pocos o que realmente no tendrían demanda y posiblemente se queden en el papel.

Resulta evidente que la exactitud es importante.

Así se estima la demanda de manera precisa y a cada cliente se le asegura el producto al precio justo y con el plus de la personalización. Del lado de la empresa, se elimina el costo de producir accesorios que de acuerdo a los pedidos no se iban a vender. Partiendo de los mismos, hay colores que evidentemente no gustan o tienen poca preferencia.

Ahora bien, si esto ratifica la vigencia del método para los tiempos actuales, ¿Cómo es que en el resto del mundo es una mera referencia?

La visión occidental de la empresa no es la misma que en Asia.

En paralelo con los obstáculos culturales, en Occidente seguimos anclados a la producción en masa y a tratar de vender por cantidades. Ello repercute en la calidad y tiempo en que salen a la venta los productos y por ende, en la visión que se tiene de la empresa y sus marcas. Erróneamente se sigue cayendo en la ecuación de Popularidad = Venta masiva, sin tener en cuenta la calidad ni la demanda efectiva. Esta visión es a todas luces contraria a los postulados del método Justo a Tiempo.

Como es el paradigma imperante en esta parte del mundo, inclusive induce a concepciones desatinadas acerca de los productos y negocios de Asia, pues pensamos que el capitalismo es uniforme y que allá también se hace todo “por vender” (Un ejemplo común de percepción equivocada es la empresa Konami y el juego de cartas Yu-Gi-Oh, que claramente no responden a un paradigma occidental).

Ciertamente el objetivo si es uniforme, el cual es maximizar los beneficios, pero aquí todavía nos falta entender que las ventas estratosféricas y el éxito son inherentes a la calidad y al interés del público, no una cuestión puramente de cantidades forzadas. Lo primero es resultado de entender las ventas como herramienta e indicador y no como un fin en sí mismo.

De nueva cuenta, el Nintendo Switch representa un modelo de lecciones empresariales. Además de ser el resultado de estudiar y aprender de los errores de un fracaso anterior, en esta ocasión puede significar un ejemplo de que muchas veces las respuestas actuales pueden encontrarse en la teoría clásica, especialmente una que es el fundamento del paradigma actual.