Por: Gloria Ramos, Master Coach Ontológica Internacional
Es posible que nos enamoremos de un deporte desde muy pequeños, aún más si hemos visto que se practica en el núcleo de la familia. Quizá lo hemos practicado en la escuela o colegio, y más aún, si lo vemos en eventos globales como el pasado mundial de fútbol, nos conectamos y queremos ser un campeón o campeona en la rama. Sea cual sea la manera en cómo has llegado conocer el deporte, sabes que hay una disciplina y muchas cosas que se deben cumplir, desde estar a tiempo en los horarios acordados de entrenos, como ser parte de la selección nacional, cuidar tu alimentación y los entornos en que te manejas por las diversas influencias que existen hoy día, etc.
Esto me hace pensar y compartirles cual debe ser el ideal de un atleta. Sabemos que un deportista entrena su cuerpo físico para llegar a límites inalcanzables y seguir en esa constante de crecimiento deportivo, rompiendo récords y aportando más al deporte nacional e internacional.
Los requisitos para poder ser un atleta son mínimos, ya que si posees las competencias físicas puedes seguir siéndolo siempre. Pero, ¿qué sucede cuando decimos que un atleta debe ser integral y saber aportar mucho más con su personalidad y sus objetivos de vida? ¿Qué significa alinear, tanto sus propósitos personales, como profesionales para su vida? ¿De qué se trata?
Así como ha entrenando su cuerpo físico, debe hacerlo también con su mente. El atleta debe llegar a objetivos deportivos y humanos incorporando nuevos elementos de gestión racional y emocional, convirtiéndose en un ser integral. Debemos reflexionar en lo que aporta valor y en lo que no.
Todo atleta debe enfocarse en ambas áreas para ser integral creando así una nueva faceta en el deporte salvadoreño con nuevas proyecciones de deporte como medio y no como fin. ¡Sigamos en la construcción de nuestro ser junto al ser El Atleta!
