Estado y religión no se hicieron para mezclarse

Por: Ricardo Gálvez Silva, Lic. en Ciencias Jurídicas

La mezcla entre estos dos entes empieza así:

La leyenda «Dios Unión Libertad» se observa en la Bandera y el Escudo Nacional. La Oración a la Bandera Salvadoreña empieza con un rimbombante: «Dios te salve patria sagrada…» y contiene frases como, «La religión que nos consuela» o «Pedimos a la Providencia que te ampare»; «…En que la Justicia y la Libertad nos llevan hacia Dios». Aquí queda demostrado, que estas cosas, desde su fundación como Estado independiente representan parte de la identidad de un pueblo. La imposición histórica de la religión en el país, fue notoria, esto no hace a El Salvador, un país cristiano como veremos a continuación.

En la Constitución actual se resaltan principios de Libertad, Igualdad, Respeto y NO Discriminación, que son características esenciales en un Estado Laico, contrario a la imposición de una creencia religiosa por ley. En los artículos, 4, 6, 25 y 57 de la Constitución, se mencionan esos principios claramente, específicamente el Art. 25 Cn, el cual dice que se garantiza el libre ejercicio de TODAS las religiones, pero ojo, a la población, no al Estado y su accionar, mucho menos, como veremos, a sus legisladores o jueces.

Miren este ejemplo: Un candidato a diputado de derecha ofrecía recientemente como propuesta que se leyera la Biblia a diario en las escuelas (aunque se le olvidó mencionar cuál) para frenar la violencia en el país, en franca contradicción al Art. 57 Cn el cual dice textualmente: «La enseñanza que se imparta en los centros educativos será esencialmente democrática». Si se leyera y profundizara ese libro en las escuelas, se estaría enseñando a niños acerca de hechos que narran violencia contra la mujer de punta a punta, asesinatos, envidia, esclavitud, incesto, genocidio, robo, poligamia, entre otros. ¿Es que acaso el joven no ha leído el libro que proponía como solución a la violencia? Evidentemente esas partes no, una postura muy conveniente, tristemente. La religión de solución, no tiene nada.

Pero mire esto otro: Si usted sirve de testigo en un proceso legal, actualmente, el Juez le preguntará si dirá la verdad bajo juramento y usando una biblia católica, una clara injerencia cristiana en pleno siglo XXI. Por suerte ahora también le dan opción de atestiguar ‘bajo palabra’, dando una clara muestra de lo inútil de basar la búsqueda de la verdad en la religión. Si se miente y se muestra arrepentimiento, ¡Asunto arreglado! ¿o me equivoco? Usted sabe que no.

La Iglesia Católica, es la única con Personalidad Jurídica expresada en la Constitución, de ahí viene quizás que se sientan ‘mayoría’ y que todavía hagan conferencias de prensa dando sus opiniones y posturas en cosas políticas que no les corresponden. Seguidos luego, por supuesto, por el resto de iglesias cristianas evangélicas y sus pastores −ricos empresarios− que creen, que, por tener mucha gente en su congregación, pueden meter las manos en la política. Estas iglesias se dan el lujo de dar o quitar apoyo a diferentes candidatos, influenciando a sus fieles para las elecciones. Al final, las iglesias, no importando el gobierno de turno, y no importando su denominación, reciben ingresos millonarios exentos de impuestos. Pero usted los paga por todo querido lector, por todo, ellos no.

La religión tiene también una injerencia dañina en el tema del aborto en El Salvador, lamentablemente, somos uno de los pocos países que no aprueba el aborto por ningún motivo, y hay legisladores, que, en su discurso de protección a la vida, no olvidan mencionar que lo hacen por ‘gracia divina’, por ‘mandato de dios’. Este tema debe manejarse con una visión social y científica, no religiosa, pero, según ellos probablemente sería ‘incomprensible’ para la población en quien buscan simpatía. De igual forma abordan el tema de las relaciones entre personas del mismo sexo y los derechos de la comunidad LGTBI, pues es más fácil mostrar la posición cristiana, automáticamente, para muchos, eso basta para apoyar sus propuestas cortas, dejando de lado la posición racional. Cabe mencionar que, gracias a esa forma de pensar, la ley tiene en prisión a más de una docena de mujeres en El Salvador, que incluso involuntariamente, sufrieron un aborto, es lamentable.

Lo que no han tomado en cuenta las religiones, ni la población que las practica, es que éstas tienen secuestrada la capacidad de razonar, por ello el Ateísmo crece sin temores. Otras denominaciones y otros dioses surgen en nuevos cultos que amenazan la hegemonía del cristianismo a mediano plazo. Finalmente, la misma constitución nos garantiza sin excepciones, la libertad para poder practicar, o no, cualquier religión. No hay nada especial en una en particular, por lo mismo, el discurso religioso debe salir ya, cuanto antes, de cualquier manifestación política ejercida por el Estado. El Estado Laico es cuidar el principio del Respeto amparado en la ley para todos.

La separación definitiva de la Religión y el Estado Salvadoreño es algo urgente, es un ente jurídico que no debe tener creencias religiosas ni fomentarlas, las leyes secundarias deben reforzar esta idea. Lamentablemente, entre menos educada la población, más susceptible es a creencias de tipo religiosas, por ende, el Estado deberá buscar la mejor educación para su población, pues la religión no hace a nadie mejor, ni no tenerla es sinónimo de maldad, los políticos y la corrupción son un maravilloso ejemplo.

La invitación que le hago, no es a no creer, es simplemente a investigar si su sistema de creencias religiosas está justificado, si tiene base, historia y principalmente pruebas que lo sustenten, (le anticipo que fue una imposición). Pierda el miedo, deseche los conceptos de bueno y malo atado a las creencias, y vea la política, y el día a día, desde otro ángulo y se dará cuenta que Estado y religión no se hicieron para mezclarse, la realidad que vivimos exige un Estado Laico.

El conocimiento es poder.