“Y mi vestido azul se me arrugó, y nunca sabré lo que pasó” es un fragmento de una de las tantas canciones coreadas por cientos o miles de niñas en El Salvador allá por 2006. Floricienta, una novela argentina dirigida por Cris Morena fue todo un éxito entre las que hoy contamos con veintitantos.
Ya fuera por su colorido, el espíritu juvenil, el carisma de sus actores o el electrizante acento argentino, esta novela cautivó corazones. Niñas de todo el país vestían faldas con zapatos tipo “Converse” para lucir hippies y naturales como la radiante Flori.
Todas reímos y lloramos con esta adaptación del famoso cuento de La Cenicienta y la popular película Mary Poppins. Toda una bomba de energía adolescente corriendo por nuestras venas todas las tardes cada vez que Flor y Fede se topaban por la casa. Y qué decir del séquito de chicos y chicas que acompañaba a la singular pareja, el cual derrochaba picardía e inocencia juvenil.
Muchas de las que hoy somos ingenieras, abogadas o periodistas, amamos a Federico o Franco, odiamos a Delfina y su madre o nos divertimos con las locuras de Flor y sus amigos.
¿Cómo olvidar a la hippie y alocada niñera de los Fritzenwalden? ¿Te acuerdas de sus canciones?
