Colaborador: Mario Mejía, Escritor
Los humanos son ‘animales cuenta relatos’. La ignorancia sobre el funcionamiento de fenómenos de la realidad unida a la necesidad de explicarlos, los ha incitado a crear relatos fantásticos que son tomados por verdaderos. Durante milenios y milenios el humano ha recurrido a la fantasía para explicar los fenómenos de la naturaleza y los azares de la vivencia humana. Muchísimas de estas narraciones eran tan arrogantes que creían explicarlo todo, es decir, se presentaban como explicación de todo lo que debía saberse, o al menos de todo lo relevante que debía saberse.
Tener una visión fantástica de las relaciones humanas y de las relaciones de los humanos con las cosas ha provocado grandes desgracias a lo largo de la prehistoria y de la historia.
Desgracias como las hambrunas las guerras, las sequías y las enfermedades fueron explicadas con relatos que no se correspondían con la realidad. Bien dice Steven Pinker que cuando las personas no pueden explicar algo con algo observable, recurren a lo inobservable.
Cuando se hace una explicación errónea de las cosas hay un fuerte riesgo que las acciones que se toman al respecto conduzcan a la desgracia.
Este tipo de mentalidad llevó a que miles y miles de mujeres en Europa (principalmente en los siglos XVI y siglo XVII) fueran acusadas de brujería y perseguidas en países protestantes y católicos. En estas épocas se tejieron grotescas fantasías sobre lo que supuestamente hacían las llamadas “brujas”, las acusaban de copular con demonios, volar sobre escobas, devorar niños etc.
Los Aztecas, creyendo que un tal Dios sol necesitaba alimentarse de corazones humanos para seguir dando vida, sacrificaban a otros seres humanos.
Pero también, la fantasía ha hecho a los humanos enormemente creativos para beneficio de sí mismos, por ejemplo, desde hace siglos y siglos han soñado con la inmortalidad. La fantasía de librarse de la muerte sigue aún en los humanos, es por eso que, con el advenimiento de la modernidad, los humanos poco a poco desarrollaron la ciencia para curar enfermedades, lesiones y mejorar la calidad de vida, lo que llevó al aumento de su esperanza de vida.
Desde hace tiempo también, los humanos han imaginado poder volar, lo que lo impulso a la creación de aparatos voladores como el avión y el helicóptero.
En la actualidad, nuestra imaginación puede llevarnos a tal punto que mediante la biotecnología y la ingeniería genética podemos crear una nueva especie humana. Una nueva especie que podría ser algo malo o quizás no.
Vemos que la capacidad que tenemos para fantasear puede traernos grandes desgracias, pero también grandes beneficios. Esta grandiosa capacidad debe servirnos para mejorar nuestro bienestar.