Primer Mundo a la cabeza en la industria editorial

Primer Mundo a la cabeza en la industria editorial

Una mayor penetración del libro escrito ha sido uno de los desafíos más importantes de la industria editorial en el actual contexto. En lo que lleva recorrido el Siglo XXI es muy notorio que los formatos digitales son cada vez más frecuentes y en más de una ocasión se ha dicho que ponen al libro físico como una especie en peligro de extinción. Sin embargo, se ha podido comprobar que es posible una coexistencia pacífica entre ambos formatos, cosa que a todas luces beneficia a los lectores.

Datos compilados en 2015 por la Unión Internacional de Editores, representantes planetarios de la industria editorial, reflejan que la combinación de ambos ha resultado efectiva. Además refuerzan la tesis de que el conocimiento es el fundamento de la riqueza actual de muchas naciones, pues en los números es posible observar una situación interesante:

Los países desarrollados lideran la producción de contenidos literarios.

Infografía: España, entre los países que más libros produce del mundo | Statista Más estadísticas en Statista

Muchos podrían pensar que la máxima producción literaria mundial podría ubicarse en función de los idiomas más hablados del planeta y esto es cierto sólo hasta cierto punto. Puede verse en la gráfica adjunta que aunque es China el país con mayor producción de libros (470 mil ejemplares), el resto de agentes literarios importantes son Estados Unidos (338 mil 986), Reino Unido (173 mil), Francia (106 mil 760) y Alemania (89 mil 506 copias). Resulta evidente que para los ciudadanos de estos países la lectura es un hábito fundamental.

Esto a la vez refuerza la importancia del libro como vehículo de transmisión de conocimiento.

Los datos presentados hacen muy evidentes 2 cosas: Que existe una relación proporcional entre el número de habitantes y la producción literaria (China es a la vez el país más poblado del mundo) y a la vez que los países más ricos son los que más leen. Es menester plantear iniciativas que promuevan el hábito de la lectura en nuestros países e incentivos a la industria editorial local que permitan una mayor movilización de contenidos a fin de conseguir un arraigo robusto por la lectura entre la población.