¡Que Viva Nuestro Hoyito de Mierda!

¡Que Viva Nuestro Hoyito de Mierda!

Si Donald Trump hubiera calificado El Salvador como un “Paraíso Incomparable”, tendríamos razón para preocuparnos. Debemos expresar nuestra gratitud al presidente de los Estados Unidos de América por ayudar a quitar ilusiones sobre posibles bondades que podemos derivar de un régimen prepotente, arrogante y egoísta. Debemos clarificar algo: Si El Salvador es un hoyito de mierda, es porque los Estados Unidos por años ha estado cagando aquí.

En aquel entonces, enviaron bombas y balas para manufacturar una guerra. Hoy en día, nos bombardean con sus importaciones, inversiones e ideales, quebrando posibilidades de un desarrollo propio y popular. Debemos aprovechar el rechazo de ese grotesco presiente como una oportunidad para contemplar y planificar nuestro rechazo a su modelo con la adopción de una modalidad de desarrollo distinto y autónomo. Debemos crear un país auto-suficiente y auto-sustentable con un auto-estima no moldeado por culturas ajenas. El “Sueño Salvadoreño” no debe ser guiado por el egoísmo ciego.

No debe llevarnos a un precipicio de destrucción.

En los últimos 300 años, la actividad históricamente realizada para llevar adelante el desarrollo de los Estados Unidos y Europa ha calentado el planeta peligrosamente. El cambio climático no es una ecuación sencilla. El calor va a convertir los pastizales en parches desérticos. Los cañales van a exigir mucha más agua, extraída de fuentes ya debilitadas. Los frijoles en gran medida se van a deshidratar y la mazorca del maíz sin semillas va a parecer como una muestra patética de las consecuencias del cambio climático. Sin medidas extraordinarias, estamos entrando fácilmente en un mundo 4 grados centígrados más caliente durante este siglo. Los procesos de adaptación llevan miles y millones de años, y muchas especies biológicas agotan sus defensas y sobrepasan su capacidad evolucionaria para resistir cambios intensos y abruptos.

Olvidamos lo más esencial de nuestra existencia. La vida biológica es una gran pirámide con seres complejos arriba. Sin embargo, si quebramos la fundación, compuesta de “especies menores”, la estructura colapsa. Nuestra existencia depende en esas especies y no en la creación de más junglas de concreto y cemento.

El modelo europeo-norteamericano es basado en un atropello en contra de la naturaleza.

Con un modelo verdadero del Buen Vivir, podemos ser los pioneros de un mundo recuperado. Necesitamos mostrar a lo demás que el desarrollo debe estar sincronizado con la naturaleza. Desarrollo hoy en día significa bajar el carbono de la atmósfera. Cuando la atmósfera está saturada con carbono, la tierra calienta y el agua de los ríos evapora más, saturando el cielo con vapor. Al bajar el carbono atmosférico, podemos devolver el agua acumulada en el cielo a la tierra, rellenando los ríos superficiales y subterráneos. Para bajar el carbono y devolver el agua a los ríos, necesitamos recrear los bosques naturales que nos pueden dar alimentos en abundancia, sin desfigurar y torturar a nuestra Madre Tierra.

¡Que Viva Nuestro Hoyito de Mierda!

Necesitamos crear las trincheras, construir las defensas y sacar la artillería pesada, en contra del cambio climático, el producto de ese Club Exclusivo del cual, Trump es socio. La clave es sencilla: En lugar de agotar recursos y envenenar el ambiente, necesitamos renovar nuestro planeta.

La energía del sol es constante y renovable.

La rotación del planeta crea corrientes atmosféricas y oceánicas en la forma de vientos y olas marinas. El sol, los vientos y las olas marinas son fuentes energéticas limpias y renovables.

Si no soñamos, no podemos cambiar. Si seguimos haciendo lo mismo por rutina, por costumbre y sin intereses fuertes en relación al bienestar colectivo, las deforestaciones y las contaminaciones seguirán siendo parte de nuestra realidad. Las futuras generaciones van a tener que lidiar con las consecuencias. Con imaginación, creatividad, paciencia y persistencia, podemos lograr el mundo que anhelamos.

Agradecimientos a: Miguelito Hoffman del Movimiento RAMA