Regresando al Jardín del Edén: Los fenómenos climáticos que afectan el planeta

Regresando al Jardín del Edén: Los fenómenos climáticos que afectan el planeta

Según el libro de Génesis, el Jardín de Edén fue un paraíso divino, con una belleza incomparable con tierra rica y fértil, con aire puro y fresco; y con agua cristalina y abundante. El Jardín simbolizó un hábitat perfecto para todas las especies.

Dentro del Jardín de aquel entonces, no había necesidad de sembrar, solo cosechar. Parafraseando el texto bíblico: Dios ya sembró todo para alimentar a las especies existentes, creando un paisaje frondoso, lleno de árboles, repletos de frutos comestibles.

Los expertos teólogos estiman que el Jardín original ocupó parte de la antigua Mesopotamia. Hoy en día, ese territorio está ubicado en la parte sureña de Iraq, en las cercanías de la ciudad de Basra. Recientemente, Basra ha sido escenario de combates recios para determinar cual fuerza puede dominar otro premio, un premio capaz de acabar con los últimos vestigios del Jardín en la tierra: el petróleo.

Regresando al Jardín del Edén: Los fenómenos climáticos que afectan el planeta

 Lo que era el símbolo del paraíso, ahora es símbolo del infierno.

 La temperatura registrada en el verano de 2016 en Basra fue entre las más altas registradas en un área habitada por seres humanos. El termómetro llegó a 55 grados centígrados en lo que fue el otro Jardín de Edén, durante una ola de calor letal.

El ser humano puede morir de una deshidratación severa, simplemente caminando las calles con un calor de tal intensidad. El cuerpo agota, desesperadamente su almacén de agua, tratando de mantener un equilibrio interno de 38 grados centígrados. Ya en los últimos dos años, varias olas de calor mataron a miles de personas desde Paquistán e India hasta el Golfo Pérsico.

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Los climatólogos aseguran que al seguir con la misma trayectoria de emisiones, los episodios extremos van a ser parte de la nueva normalidad. Los datos son cada vez más espantosos. 2014 fue el año más caliente en la historia de temperaturas grabadas. 2015 quebró el record por un margen record.

 2016 está aplastando el record de una manera jamás visto.

En octubre de 2016, lo que empezó como una tormenta cualquiera en el Atlántico caribeño, de repente se convirtió en un huracán de categoría 5, generando vientos de 260 kilómetros por hora. Cuba, Haití y la Costa Este estadounidense sufrieron más estragos. El New York Times reportó que un huracán fuerte en el Atlántico en el mes de octubre es extraordinario, pero los dos han sido un fenómeno sin precedentes. Mientras Matthew estaba pasando en su trayectoria, Nicole se asomó.

Los científicos explicaron que las tormentas de hoy surgen de condiciones fundamentalmente distintas. Normalmente, la turbulencia fuerte salpica aguas heladas bajo la superficie. Sin embargo, con el cambio climático, hay más calentamiento de aguas marinas a profundidades excepcionales.

En lugar de frenar su avance, el agua caliente provoca aún más turbulencia.

Michael Mann, un climatólogo amenazado por los Republicanos con un juico legal por sus hallazgos, declaró que Matthew fue algo “sin precedentes en algunos aspectos. Intensificó mucho más rápidamente que cualquier otra tormenta que hemos visto en la historia moderna, básicamente pasando de un nivel, ni siquiera de una depresión tropical, a una tormenta casi huracán, en el transcurso de menos de una mitad de un día.”

Para colmo, más recientemente, el Huracán Otto, dejó estragos en Centroamérica por la misma razón: Las aguas marinas, ya más calientes, estaban alimentándolo, en lugar de amortiguar su avance.

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Aparte de los huracanes y olas de calor, hay otro fenómeno que está provocando una profunda preocupación para la comunidad científica. El sistema de aire acondicionado planetario, en forma de la Ártica del Norte, la Antárctica del Sur y Groenlandia, está experimentando un proceso de quiebra.

El derretimiento del glacial en Groenlandia, en abril de 2016, fue tan veloz que los científicos tuvieron que chequear la maquinaria de medición porque no podían creer las observaciones. Al confirmar los resultados, dijeron que la pérdida del hielo fue catastrófica, sin precedentes. Fue tildado como un “evento extremo de derretimiento”. Un milímetro de hielo fue vertido en el mar de una sola vez, cubriendo una superficie de 1.7 millones de kilómetros cuadrados. En octubre de 2016, el Ártico y la Antárctica registraron niveles de hielo más bajos en la historia de las mediciones para ese mes.

El calentamiento asimétrico ha sido uno de los efectos del cambio climático.

A partir de esto, se ha tenido el aumento de temperatura más drástico registrado en el Árctico: La temperatura ha estado 20 grados centígrados arriba de lo normal.

Mientras los climatólogos indican que la destrucción de los glaciales en los polos norte y sur puede significar un apocalipsis climático, los petroleros están contemplando el día en que el petróleo ártico será descongelado y accesible. Se estima su valor a $9 billones. Pero el derretimiento del hielo ártico significaría la liberación de otro demonio congelado por miles de años.

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Hay carbono soterrado en las cercanías del círculo árctico en forma de metano, suficiente para doblar el carbono atmosférico, que está ya sofocando el planeta.

El metano es treinta veces más potente que el dióxido de carbono como un gas de efecto invernadero. $9 billones de dólares serán una fracción microscópica en comparación al valor perdido por la humanidad, cuando cada ciudad y caserío litoral en el mundo este tragado por el aumento del nivel del mar. Pero la parte incalculable en términos monetarios será la destrucción de especies enteras y la pérdida de inconcebible de vida biológica.

Esto incluye a los seres humanos.

Agradecimientos a: Miguelito Hoffman